En el sector cuentan con un módulo de la Guardia Nacional Bolivariana pero los robos no se detienen, según los habitantes. Los trabajadores de Galipán dijeron que sujetos arrebatan o los apuntan con armas.

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. En la parroquia San José de Cotiza la soledad da la bienvenida. Ni los niños jugando pelota se ven en la calle, en horas de la tarde. Las casas, de colores resaltantes, tienen las puertas cerradas y solo algunos vecinos se encuentran en las esquinas conversando sin llamar la atención.

Y justo en la curva que hay antes de llegar a la parada de los jeeps que llevan a Los Venados y Galipán, en parque El Ávila, se encuentra un módulo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) con varios de sus funcionarios afuera, solo conversando con los residentes.

La presencia de estos funcionarios es permanente, pero la desesperación en la cara de Marioli Rivas al voltear constantemente a su alrededor, agarrando fuerte su cartera, refleja que la vigilancia no hace mucho. Espera justo en la parada de los jeeps la camioneta que la lleve a su casa, luego de una jornada de trabajo en un restaurante de Galipán.

El toque constante de sus pies al pavimento demuestra que no ve la hora en que llegue la camionetica, al mismo tiempo que recuerda que varios de sus compañeros de trabajo fueron víctimas de un asalto al salir de sus labores.

Contó que los motorizados son quienes, en su mayoría, cometen los atracos en la zona. Y aunque en su trabajo se siente segura, el dolor de cabeza llega una vez que llegan a Cotiza.

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Miedo al denunciar la inseguridad

Los residentes que se encontraban hablando afuera de un negocio de repuestos se mostraron reservados para hablar de la inseguridad, solo uno de ellos, y bajo anonimato, comentó que es además del aplique que les tienen los motorizados poco a poco se ha hecho evidente la venta de drogas.

Shirley Dagraca, quien lleva ocho años trabajando en un quiosco ubicado en san José de Cotiza, sostuvo que en más de una ocasión ha visto los arrebatos que ocurren en las aceras y por eso son pocos los negocios que siguen abiertos hasta la noche.

Otros que también se sienten amenazados por la delincuencia son los conductores de los jeeps, que llevan a los visitantes hasta Los Venados y Galipán, pues aunque cuentan con un módulo de la GNB más delante temen que los atarquen, pues no saben a qué tipo de personas montan en sus vehículos al momento de realizar sus viajes.

Foto: Julio César Meza


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