Se quejaron por las pésimas condiciones de trabajo. No tienen insumos, no cuentan con material de limpieza y como no tenían agua este jueves no pudieron realizar seis cesáreas programadas.

Caracas. Este jueves, por primera vez, residentes identificados como médicos integrales reclamaron que los salarios no les alcanzan para subsistir. Dijeron que la convención colectiva firmada por el presidente Nicolás Maduro en octubre de 2017 se les convirtió en sal y agua y, además, se quejaron por las pésimas condiciones del puesto asistencial.

Mientras estaban a las puertas de la Maternidad con sus pancartas y gritando consignas como “queremos aumento ya”, “los sueldos no nos alcanzan” y “salarios dignos”, seis cesáreas que estaban programadas para este jueves se paralizaron por falta de agua.

Las enfermeras dijeron que tienen muchas fallas de insumos, no solo para los pacientes, sino también para el mismo personal de salud, debido a que no cuentan con medidas de bioseguridad para la atención de enfermedades infecto contagiosas, como sarampión, por ejemplo.

De diciembre para acá contabilizaron que cerca de 50 enfermeras renunciaron, precisamente porque lo que ganan en una quincena no llega a los 200.000 bolívares.

Citaron que los beneficios de la convención firmada en octubre de 2017 por el presidente Nicolás Maduro se quedaron cortos con la inflación. Nos dieron 40.000 bolívares para los uniformes cuando en aquel momento una sola pieza costaba 90.000 bolívares. Ahora, una bata nos sale en tres millones de bolívares, dijo el médico residente Nerio Cáceres.

Actualmente, en esta maternidad hay 15 médicos especialistas y 21 residentes que están atendiendo la demanda pediátrica y de parturientas de zonas de Petare, Guatire, Guarenas y Barlovento. Al día atienden 15 partos normales.

Estamos colapsados, pues estamos recibiendo a los pacientes referidos de otros hospitales como el Domingo Luiciani de El Llanito, donde el área de Pediatría está colapsada, dijo el residente, quien denunció que trabajan con los espacios reducidos producto de una remodelación que no termina.

En el área de la Emergencia, informó, llegan a tener entre 70 y 100 pacientes debido al cierre técnico de otros hospitales. En el retén, de 8 incubadoras solo están operativas 6. El resto de las máquinas está dañado y tienen un cuarto de hospitalización habilitado con cinco camas. Cuando necesitan ingresar a otra persona, las arriman para meter una camilla.

En estos momentos no cuentan con terapia y hay dos bebés en el hospital que necesitan intervención quirúrgica y luego pasar a ese servicio. La Dirección no les da respuesta y las mamás han tenido que ruletear los hospitales Domingo Luciani, Pérez de León y El Algodonal. No las reciben, les dicen que esas terapias son para los niños de esos centros.

Por eso aprovecharon la protesta de los trabajadores para pedir ayuda: medicamentos, insumos y las terapias intensivas.

Nosotros tenemos algunos materiales para trabajar, pero los familiares a veces tienen que salir a hacer los exámenes en otros centros. Lo que sí les estamos pidiendo es que traigan productos de limpieza y para desinfectar, pues desde hace meses no dotan al hospital, dijo una enfermera.

Todos los días se están registrando protestas de los trabajadores de la salud en distintos hospitales. El Vargas, Los Magallanes de Catia, El Algodonal, El Clínico Universitario e incluso los dependientes del Ipasme, se mantienen en conflicto por el colapso de los servicios, porque el sueldo se les pulverizó y porque no tienen material para trabajar, ni siquiera en la parte administrativa.

Los médicos residentes de este Materno no descartan unirse a las protestas que mantienen otros centros asistenciales.

De hecho, mientras protestaban fueron observados por sus jefes y por el personal de la reserva que custodia el materno. No tenemos miedo, exigimos sueldos justos. Con 395.000 bolívares no vive nadie en este país, soltó uno de los residentes.

Foto y video: Mabel Sarmiento Garmendia