Este martes 16 de julio los trasplantados tomaron la red Twitter para visibilizar sus casos y alertar que están en riesgo de perder sus órganos. Son casi 3000 afectados en el ámbito nacional.

Caracas. Las personas que viven con la condiciones de tener un trasplante de órganos piden a gritos al Gobierno entregue los medicamentos. En este momento, la escasez de inmunosupresores ronda 90 % en todo el país.

El micofelanato en sus dos presentaciones, que toma 75 % de los trasplantados no se consigue. Son cerca de 3000 personas que están en riesgo de perder sus injertos.

Este martes, los trasplantados que tienen acceso a las redes sociales realizaron una campaña —específicamente por Twitter— para visibilizar sus casos y el tiempo que llevan sin tomar los inmunosupresores.

Reymer Villamizar, directivo de Amigos Trasplantados de Venezuela, explicó que estas personas (y se incluye) que viven con injertos deben tomar de por vida los inmunosupresores, que son los que se encargan de inhibir el sistema inmunológico.

Lamentablemente, en Venezuela esos medicamentos son entregados por el Seguro Social y no están llegando a las farmacias de Alto Costo. Nos dicen que eso es motivado al bloque económico, cosa que nosotros hemos desmentido, pues tenemos más de dos años alertando esta situación. La ausencia de medicinas se viene presentando desde hace mucho tiempo, por lo que el bloqueo es una excusa. El Seguro Social debe abastecer esas farmacias para garantizar la salud de los venezolanos, cosa que no ocurre.

Villamizar dijo que a Caracas le distribuían periódicamente, haciendo ver que la capital no era Venezuela. “Pero desde hace dos meses el micofelonato sódico o mofetil no está llegado, que es el que toma la mayoría, y desde hace ocho meses no se distribuye el sirolimus o rapamune”.

Hay estados del interior, dijo, en los que el micofelonato tiene más de cinco meses sin aparecer, y el sirolimus hasta un año.

La campaña por las redes #TrasplanteEnPeligro se hizo durante todo el día. La respuesta gubernamental no ha llegado. “El IVSS suspendió abruptamente la compra del medicamento, poniendo en riesgo las vidas de 3000 venezolanos”, dijo Villamizar.


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