Este sábado se cumplieron 100 años de la muerte del doctor José Gregorio Hernández. Los creyentes acudieron masivamente a la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria para visitar la tumba del médico de los pobres. En la esquina de Amadores, en La Pastora, los devotos se detenían para orar y recordar al siervo de Dios.
Caracas. “Esta celebración nos ha traído un poco de paz y sonrisa a los caraqueños. A pesar de la crisis, esta fiesta de fe nos ha hecho sonreír. Aunque muchos se han ido, me sorprende la cantidad de jóvenes que he visto”.
Este es el testimonio de la señora Carmen Domínguez, quien permanecía sentada bajo la sombra de un árbol, frente a la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, en el centro de Caracas este sábado, 29 de junio, aproximadamente a las 11:00 de la mañana.
Mientras tanto, dentro de la iglesia se lleva a cabo la décima celebración eucarística en el marco del centenario de muerte del doctor José Gregorio Hernández, presidida por el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas.
En templo, en el que se encuentran los restos del doctor José Gregorio, fue visitado por miles de centenares de personas durante la conmemoración del centenario de su muerte.
En la misa de 9:00 a.m., mientras escucha la Palabra de Dios y los cantos religiosos, Jaqueline De Loyo llora con la mirada clavada en el piso.
“Mi esposo está fuera del país producto de la situación que se está viviendo, y vengo a pedirle al doctor José Gregorio Hernández me de la fuerza y la fortaleza que necesito para vivir este momento”, dijo.
Unos metros más allá, José Felipe Bermúdez se acerca a la tumba del doctor. Lleva entre sus manos una imagen de José Gregorio trajeado de negro. “Vengo a pedirle a José Gregorio que me ayude a curarme, tengo una enfermedad respiratoria y me ahogo con mucha frecuencia”.
Al lado del señor José Felipe está la multitud queriendo entrar a la tumba del médico de los pobres, como se le conoce al doctor. En medio de esa multitud y armada de paciencia, Bety Andrades reparte estampitas del Venerable, mientras pide orden a los feligreses.
“Son gratis, señora, no se preocupe. Pero si usted quiere colaborar con algo de dinero, aquí está la alcancía”, dice Bety mientras invita a las personas a pedir no solo por la Salus del cuerpo sino también por la salud del alma.
“Es cierto, mija, hay que colaborar porque todo está muy caro”, le responde una señora que minutos antes le había preguntado a su compañera si las velas que estaban cerca de la imagen del doctor José Gregorio las estarían regalando.
Antes de comenzar la celebración correspondiente a las 10:00 a.m. (que comenzó pasada las 10:30) se anunció que la misma sería presidida por el cardenal Jorge Urosa, pero que primero el prelado se acercaría a la tumba de “Goyo”.
“Es un momento propicio para imitar las virtudes del doctor José Gregorio Hernández. Pidamos se pueda comprobar un auténtico milagro para que se concrete su beatificación beatificación”, dijo el representante de la Iglesia Católica después de orar en silencio y de rodillas frente a la tumba del Siervo de Dios.
Durante su homilía, el cardenal Urosa Savino hizo un llamado a la feligresía: “No podemos tributarle culto público al doctor José Gregorio Hernández hasta que no sea declarado beato y santo”. Exhortó a quienes conozcan de casos que reúnan las condiciones de milagro a informar a los administrados de la iglesia de La Candelaria.
Santo para el pueblo
Mientras el cardenal exhortaba a no tributarle culto público al Siervo de Dios, fuera del recinto religioso la arquitecto Janet Pérez afirmaba que “La beatificación nos motiva en medio de las dificultades. José Gregorio no será santo para el Vaticano, pero para nosotros sí lo es”.
Pérez no ejerce su profesión, sino que se dedica al comercio religioso. Forma parte de una cooperativa de artesanos religiosos y estima que en esta ocasión las ventas de imágenes y símbolos religiosos ha caído en 60 % aproximadamente.
La misa del cardenal Urosa Savino fue la número diez. Las celebraciones eucarísticas comenzaron a las 12.00 a.m. del 29 de junio, por lo que las puertas del templo permanecieron abertas durante toda la madrugada.
Así, entre lágrimas y oraciones, en silla de ruedas o bastones, agradecidos o necesitados de favores, centenares de caraqueños acudieron a la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria para conmemorar el centenario de muerte del médico de los pobres.
Esquina de Amadores
En la esquina de Amadores, en La Pastora, donde José Gregorio Hernández perdió la vida el 29 de junio de 1919, se evidenciaron gestos de fe de algunos transeuntes.
En horas de la mañana, autoridades y trabajadores de la Fundación Misión José Gregorio Hernández hicieron una parada en el lugar para orar y agradecer lo que José Gregorio Hernández a sifnificado para el país.
Las referencias políticas y alusiones sobre Hugo Chávez y Nicolás Maduro durante la oración no feron recibidas por todos los devotos presentes. Varios manifestaron su desacuerdo y se marcharon del lugar enojados.
En horas del mediodía, en medio de la calma que caracteriza a La Pastora, algunos ciudadanos hacían su respectiva parada para agradecer en silencio los favores concedidos.
Fotos: Gleybert Asencio
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