Cerca de siete ONG sostuvieron un encuentro con la Comisión Especial de Seguimiento de la Ayuda Humanitaria de la Asamblea Nacional donde fueron escuchadas por los diputados que integran el organismo. Todas coincidieron en la necesidad de que la ayuda entre al país e instaron a los parlamentarios a ser responsables con lo que prometieron.

Caracas. En la plaza Bolívar de Chacao un público de unas 50 personas escucha atentamente a quienes hoy ven en la ayuda humanitaria la oportunidad para sanar. Las voces de quienes hablan se entrecortan, se elevan en regocijo cuando pronuncian “ayuda humanitaria” y se vuelven afligir al contar la ruta de un paciente en un hospital.

Están quienes se secan las lágrimas e intentan con un murmullo contar su propia historia, la de un familiar o la de un conocido. Todas coinciden en la falta de medicamentos, en la cirugía que no fue posible.

Los diputados de la Comisión Especial de Seguimiento de la Ayuda Humanitaria, Miguel Pizarro, Dignora Hernández, José Trujillo, Karin Salanova y William Barrientos, también escuchan tras la convocatoria que hicieron a ONG para tratar el tema. 

Los discursos, en ocasiones, van dirigidos a los parlamentarios. Reiner Villamizar, presidente de la Asociación Civil Amigos de los Trasplantados de Carabobo, dice estar preocupado. Hace 18 años recibió su trasplante, duró 6 años en diálisis y desde hace 5 meses no recibe el medicamento que debe proveer el Instituto Venezolano de Seguros Sociales.

Pero su preocupación no es por él, sino por “los 1000 pacientes que están en hora cero” ante la falta de insumos y unidades de diálisis. Se niega a que el destino de estas personas sea igual al de los 120 que murieron en 2018 ‘producto de la desidia’”.

Quiero que entiendan que están en un momento histórico, les pido que estén a la altura de lo que el pueblo exige. 3000 personas están en riesgo de perder el trasplante, le dice a los diputados. Sin olvidar a los 700 venezolanos que cruzaron la frontera para buscar medicamentos.

Estamos viendo un futuro, espero que la ayuda humanitaria llegue, así terminó Villamizar su discurso.

Melanie Intriago, médico residente de Kids Internacional Foundation, habla por los niños. Cuenta que cada semana mueren aproximadamente 6 niños por desnutrición en tan solo un hospital. Le duele cada niño, llora, se seca las lágrimas y dice: La ayuda humanitaria es necesaria, es justa y es la prioridad.

Están otros que no dan cifras, pero si nombres. Mauricio Gutiérrez, de Positivo en Colectivo, recuerda a George, Daniel, Luis, una lista de nombres que se extiende durante unos cuantos minutos.

Son personas que fallecieron por un gobierno indolente, dice. Todos tenían VIH. Ahora dirige la mirada hacia los diputados que están sentado a su lado izquierdo: Si ustedes prometieron la ayuda humanitaria, tienen que cumplir.

La ayuda humanitaria pareciera estar en puerta. El centro de acopio dispuesto en Cúcuta, Colombia ya ha recibió parte de los 20 millones dólares en insumos médicos y suplementos nutricionales que dispuso Estados Unidos y algunas empresas venezolanos en Colombia.

Con eso se prevé brindar atención durante un mes, además de dotar a cinco hospitales tipo IV en insumos para enfermedades crónicas, cancerígenas, cuadros de desnutrición, entre otros. Todavía falta canalizar la ayuda que ofrecieron países como Alemania, Canadá, Puerto Rico y la Unión Europea.

Pizarro llamó a no construir ilusiones que se conviertan en derrotas, pero aseguró que harán “lo que sea para que la ayude entre”. “Mi hermana tiene un tumor cerebral y también salió del país porque aquí no tiene el medicamento”, concluyó.

La Asamblea Nacional ha dicho que espera dar asistencia en esta primera etapa a aproximadamente 300.000 personas: niños de cero a cinco años y adultos mayores en riesgo nutricional, mujeres en estado de gestación y déficit alimentario, personas con enfermedades crónicas, con atención a diabéticos e hipertensos, población hospitalaria en emergencia y que requieran de cirugías inmediatas.


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