Los alumnos de la casa de estudios, en La Pastora, lo piensan dos veces antes de meter una materia en la noche por los robos cotidianos en las calles y camionetas.

Caracas. Bárbara Lamas, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR), ubicada en La Pastora, ya había salido de clases y se encontraba en el estacionamiento con celular en mano, mientras esperaba la llamada que le indicara que ya habían llegado para buscarla.

Esa vez no quería agarrar un mototaxi, pues ya había cuadrado la cola con alguien. Y prefiere hacerlo así, porque ahora lo piensa dos veces antes de usar una camioneta, que según explicó, roban a cada rato.

Su trajín comienza al salir de clases, porque aparte de la larga espera para agarrar transporte, también está el miedo latente de un asalto a bordo. “Se montan en las camionetas y amenazan. Que si no queremos que nos roben les demos plata y te dicen de cuanto tiene que ser la colaboración, siempre en billetes de 50 o 100 bolívares”.

Para evitar convertirse en víctima del hampa ha optado por irse en carro, de amigos o familiares, y siempre esperando dentro de la universidad, porque afuera en cualquier momento puede pasar un motorizados para arrebatar bolsos.

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El mismo susto lo siente el resto de los estudiantes. María López, con 19 años, va por el séptimo trimestre de Comunicación Social y junto con su amiga Alexandra Urdaneta, sostuvieron que la inseguridad se ha vuelto costumbre, desde que comenzaron siempre han oído de robos, por eso lo piensan dos veces para meter alguna materia en la noche.

María recordó que en julio del año pasado, una alumna que caminaba unos pasos delante de ella fue lanzada contra una pared por dos motorizados, quienes la siguieron al bajar de la camioneta que la dejó a una cuadra de la universidad. A su prima también la robaron al salir de clases. “Le quitaron hasta los cuadernos”.

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Jóvenes lo piensan dos veces al salir de clases por la soledad en las calles

Por los constantes robos en las calles y en ocasiones en el estacionamiento, Gabriela Berroterán, estudiante de Comunicación Social y Consejera Universitaria de la Ucsar, comentó que una de las medidas que tomó la institución fue la instalación de un patrullaje de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) desde junio de 2015, quienes echan sus vuelticas por las calles y de alguna manera espantan a los choros.

En la Santa Rosa siempre nos roban subiendo en las camionetas porque pasan por la avenida Baralt, el año pasado robaban en el estacionamiento de la universidad mientras se esperaban las camionetas, pero desde que colocaron una patrulla de la PNB, con dos o tres funcionarios, los robos han disminuido. O por lo menos se escuchan menos que antes, acotó.

La manera más práctica, según Gabriela, de enterarse sobre los atracos es a través de un grupo en la red social Facebook llamado “Ucsaristas – Estudiantes de la #Ucsar”, en el cual la comunidad universitaria echa sus cuentos sobre los robos que ocurren en la zona.

Calles solas y la falta de transporte

La soledad y la estrechez de algunas calles ha dado pie para que alumnos lo piensen bastante antes de entrar o salir de clases. Y entre muchos se aconsejan por donde no deben transitar, como la calle Paraparo, pues por su cercanía a la avenida Baralt temen que pueda salir algún antisocial.

Otro de los consejos, por parte de los vigilantes, es no pararse en la entrada de la institución con el celular en la mano, porque corren el riesgo de que un motorizado se los quite.

Una estudiante relató bajo anonimato que la soledad reina en la zona entre las 5:00 pm y 6:00 pm, dado a que las camionetas comienzan a desaparecer y los alumnos toman mototaxis para irse. Por eso el alumnado pide que les habiliten un transporte interno, que salga desde Capitolio para mayor comodidad y seguridad.

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Estudiantes esperan en grupo la camioneta fuera de la institución

Fotos: Cheché Diaz

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