Experto afirma que el polígrafo puede ayudar en investigaciones penales pero no en políticas

Cicpc

El comisario jubilado del Cicpc, Víctor Rodríguez Ugas, puso en duda que el defensor del Pueblo, Tarek William Saab, se haya podido someter a esta prueba porque el aparato que tenía la policía científica estaba desincorporado y además porque no quedan especialistas en ese organismo para realizarla.

Caracas. Como “show”. Así calificó el comisario jubilado del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Víctor Rodríguez Ugas, la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de aceptar la petición del defensor del Pueblo, Tarek William Saab, de someter a la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz; al contralor Manuel Galindo y a él mismo, al polígrafo para determinar quién miente y quién no en relación con el polémico proceso de designación de los magistrados del máximo juzgado realizado en diciembre de 2015.

En entrevista telefónica con Crónica.Uno, quien hasta septiembre de 2012 se desempeñó como director de Criminalística del organismo puso en duda que Saab se haya podido someter el pasado lunes a esta prueba y explicó detalles de la misma.

¿En Venezuela hay un polígrafo? ¿Se utilizó alguna vez?

—El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), cuando era la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), lo tuvo y lo usó cuando el caso Ledezma, también conocido como “el monstruo de Mamera” [caso que inspiró la película Macu, la mujer del Policía] y el tipo [Argenis Ledezma] fue capaz de burlarlo. El Cicpc tuvo y lo desincorporó de Microanálisis, que era donde estaba adscrito, no sé qué lo hicieron.

La última experticia que se hizo con el polígrafo la hicimos la comisario Deisy Virguez y yo por un caso de violación de un padre a su hijo. También se usó en el caso de Rafael Leonidas Landaeta, quien asesinó a una abogado en 1994.

¿El polígrafo detecta mentiras en verdad?

—Antes que nada hay que aclarar que el aparato no detecta mentiras. El polígrafo lo que detecta son variaciones de las respuestas fisiológicas a determinados estímulos. La habilidad de la prueba poligráfica está en el operador, es decir, en la forma como uno prepara las preguntas, en el conocimiento del caso que se tenga, lo cual te permite saber qué preguntar y a quién. No se pueden entrevistar de la misma manera a una persona extrovertida que a una introvertida, a una culta que a una inculta.

¿Cómo funciona?

—Se colocan unos electrodos en el cuerpo de la persona y se le comienzan a formular preguntas (…) Durante el interrogatorio se formulan preguntas irrelevantes que no tienen que ver con la investigación —su nombre es tal, su cédula es tal y tienes tantos hijos—, después se hacen las relevantes relacionadas con el caso, y por último están las de control, que son aquellas en las que el experto conoce las respuestas por un trabajo investigativo y que se le formulan de sorpresa a la persona para medir las reacciones al mentir y decir la verdad.

¿Y es confiable?

—Es un elemento que ayuda a la investigación, pero no es un elemento 100 % determinante. Ninguna prueba en criminalística, ni siquiera la de ADN, es 100 % certera. En el caso del ADN, por ejemplo, siempre se habla de pruebas con 99,99 % de certeza, es decir, hay 0,01 de error (…) El polígrafo cuando mucho utiliza siete parámetros de evaluación, máximo nueve, normalmente tienen de cinco a siete. El polígrafo evalúa la respiración, el pulso, la respuesta electrogalvanica [sudoración], entre otras respuestas a estímulos.

No parece muy confiable que se concluya que uno miente porque se sude o porque el ritmo cardíaco se acelere mientras lo interrogan. Estar frente a una autoridad siempre es intimidante.

Es como cuando a uno le van a poner una inyección, cuando te dicen ‘bájate los pantalones y un ponte sobre la camilla’ eso genera tensión. Cuando la enfermera te pasa el algodón con alcohol sobre la nalga y te dice: ‘relájate’, se produce el efecto contrario y por eso con el dedo te presionan el glúteo para que te distraigas y no sientas la aguja, lo mismo pasa con el polígrafo y por eso se hacen distintos tipos de preguntas.

¿Si el polígrafo estaba desincorporado han podido reactivarlo para aplicárselo al Defensor?

—Muy difícil. Ese aparato fue desincorporado porque había que hacerle mantenimiento. La última vez que lo utilicé estuvo fallando, porque había discontinuidad en la tinta. La tinta no fluía como debía, porque se estaba venciendo porque no se le daba tanto uso (…)

Desconozco qué se hizo con el aparato, pero aunque lo hubiera desempolvado además se necesitaba una sala especial donde usarlo. La oficina donde se hacía esa prueba estaba acondicionada especialmente para ello, porque si el aparato mide la respiración, el pulso y la transpiración la sala tiene que tener la temperatura controlada, no puede estar muy caliente ni fría, además las paredes deben estar pintadas color pastel y sin cuadros para no distraer a la persona a interrogar y también debe estar aislada del sonido.

Yo participé en la distribución de las oficinas de la sede de San Agustín y allí no había espacio para el polígrafo (…) y por ello creo que lo que dijo el Defensor no es verdad. Él pudo haber ido para hacerse una entrevista, pero no una prueba poligráfica.

¿No se ha podido comprar otro equipo en estos años o usarse el del Sebin?

—Durante las adquisiciones que se hicieron en el marco de la Misión A Toda Vida Venezuela no figuraba este equipo. Pero si se usó el viejo o algún otro cabría preguntarse quién lo manejó.

El último experto que hizo experticias de polígrafo fui yo. Ya no había gente de relevo para manejar el equipo y ninguno de los que están ahora en el Cicpc sabe manejarlo, aunque pudieran contratar expertos de afuera.

¿Cree que esta prueba podría ayudar a despejar las dudas en relación con el proceso de designación de magistrados de 2015 y saber si el proceso contra la Fiscal General tiene sustento o no?

—No estoy de acuerdo con que se utilice el polígrafo para cuestiones políticas, sino para casos penales y para orientar investigaciones. Este caso es una cuestión eminentemente política, donde hay prejuicios y esos prejuicios se van reflejar en quienes hagan la prueba.

Foto referencial: Miguel González


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