Expertos advierten que Caracas está bajo la amenaza de un gran apagón

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Casi 90% de los 4.000 MW de capacidad instalada termoeléctrica en los estados Miranda y Vargas, que constituyen la principal oferta de energía para Caracas, está inservible, afirman fuentes del Sistema Eléctrico Nacional.

Caracas. Los cortes del servicio eléctrico ocurridos esta semana en varias zonas de Caracas y  el fuerte bajón de voltaje de este viernes 5 de julio son una advertencia de la amenaza de un apagón mayor en la ciudad capital.

Baruta, El Hatillo y algunas zonas de Libertador como Coche y San Martín han sufrido los rigores de la falta de luz desde hace varias semanas.  En este contexto, casi 90% de los 4.000 MW de capacidad instalada termoeléctrica en los estados Miranda y Vargas, que constituyen su principal oferta de energía para Caracas, está inservible, afirman fuentes del Sistema Eléctrico Nacional.

Caracas y sus ciudades aledañas (Altos Mirandinos, Guarenas-Guatire- Litoral central) cuentan actualmente solo con 450 MW generados por siete unidades operativas, de las 33 de generación térmica de las que dispone, lo cual es insuficiente para la disminuida actividad hogareña, comercial e industrial.

La situación empeoró la última semana, de acuerdo con informaciones obtenidas por el ingeniero José Aguilar, consultor internacional y conocedor del sistema eléctrico nacional. “Desde el 25 de mayo, la producción de generación mermó y la Gran Caracas perdió más de 300 MW”, aseguró.

De hecho, el miércoles 3 de julio el alcalde de Baruta, Darwin González, confirmó que gran parte del municipio permanecía sin electricidad y solo estaba estable el servicio en Chulavista, Colinas de Bello Monte y Cumbres de Curumo.

“11:18 am falla eléctrica interrumpe el servicio en #Baruta los reportes vecinales indican que el fluido eléctrico solo se mantiene estable en Chulavista, Colinas de Bello Monte y Cumbres de Curumo. Atención Corpoelec con el resto de las zonas”, indicó el alcalde en Twitter

En tanto, la central hidroeléctrica de Guri, en el Bajo Caroní, que podría ofrecer un respaldo de más de 1.200 MW a través del sistema interconectado -765 MW- se encuentra en su momento operativo más delicado, después de los apagones de los días 7 y 25 de marzo pasado. Los dos transformadores incorporados a la central hidroeléctrica, extraídos de Yaracuy y San Jerónimo 2, para suplir los dañados por el apagón, apenas pueden hacer llegar la luz a más estados del país.

Aguilar y otros especialistas del sector están preocupados ante las maniobras que  personal de Corpoelec está realizando con esfuerzo para evitar otro apagón general.

“Están en un dilema y tendrán que evaluar: o tumban la energía en Caracas o se apaga todo el territorio nacional”, dice Aguilar, quien forma parte de un equipo especializado en el tema eléctrico que estudia cómo rescatar la operatividad del Guri. “No sabemos si  las fallas son solventables ni el tiempo que se llevará”.

Valdemar Andrade, exjefe del departamento de Estudios de Generación en Edelca, destacó que las interrupciones evidencian la “total ausencia de generación hidroeléctrica y termoeléctrica”, por las fallas del sistema.

Esto, dice, está obligando a altas restricciones de transmisión y distribución en la Gran Caracas. Y se agudizarán en poco tiempo.

Esta semana entre las zonas afectadas por apagones estaban Los Samanes, La Boyera, El Cafetal, Santa Paula, Valle Arriba, Chuao, Santa Fe, La Trinidad, Caurimare, San Luis, El Hatillo, Las Mercedes, Los Naranjos, Prados del Este, Lomas del Sol, Terrazas del Ávila, La California, Macaracuay, La Urbina, Catia, San Antonio de los Altos, Guatire y Guarenas

Respaldo en duda

De las 33 unidades termoeléctricas que surten de energía eléctrica a la Gran Caracas,  Miranda posee 22, con una capacidad instalada de 1.990 MW.  Siete de esas corresponden al Complejo Generador Termoeléctrico La Raisa, ubicada en Charallave; cinco en la Planta India Urquía, en Santa Lucía del Tuy; cinco en la Planta José María España, en San Antonio de los Altos; cuatro en la Planta Termoeléctrica de Guarenas; y una unidad en La Mariposa, en Las Mayas. Sin embargo, solo cinco del total funcionan.

Los expertos desconocen las razones de la indisponibilidad, debido a que no hay información oficial. Sin embargo, existe la certeza de que, por ejemplo, la Planta India Urquía –la más importante de todas- ha mermado su capacidad de generación de 260 MW a 60 MW. “La pérdida de 200 MW expone mucho al sistema eléctrico nacional y lo que ocurre ahora es que Caracas que antes se defendía con la termoelectricidad, ahora dependiendo aún del Guri, se encuentra en riesgo”, precisa Aguilar.

Las cuatro plantas de Guarenas y la de La Mariposa están inservibles. ”La primera está paralizada desde 2016. El costo de esa planta fue de 267 millones de dólares pero nunca ha servido”, advierte.

La situación de las plantas termoeléctricas en Vargas es similar. De las 11 con 2.000 MW instalados y que componen cinco unidades de Tacoa, cuatro en la de Picure y dos en Barcazas-Bahía de Tacoa, únicamente tres están operativas y generan poco más de 100 MW.

“Por eso tenemos las fallas consistentes en la Gran Caracas”, señala Aguilar, quien asegura que en las últimas semanas las unidades de la capital han sucumbido a la falta de mantenimiento, a pesar de haberse destinado más de 5 millardos de dólares en los últimos años, para el funcionamiento.

La ciudad no es capaz de preservarle continuidad al Servicio Eléctrico Nacional; y aunque tiene un servicio más estable que el resto del país, está aproximándose a la situación que atraviesa Maracaibo”, según Aguilar.

Y es que de haber sido Caracas la única ciudad del país preservada con casi 700 MW, de aquella oscurana que cubrió a todo el país durante los apagones de marzo,  ahora está al borde de un colapso, a tres meses del evento.

“Por mucho tiempo se le sacó el jugo a la generación local de la Gran Caracas que descansa en Vargas y Miranda, y a medida que la actividad fue descendiendo se le ha exigió más energía al Guri hasta que la transmisión falló. Ahora la generación local ha llegado al límite”, advierte el experto.

Por su parte, Andrade descarta que el racionamiento extremo se deba a una sequía en el Bajo Caroní, como ocurrió en otras ocasiones sumado a un déficit de generación de las termoeléctricas. “La ausencia de generación se debe al deterioro y la falta de mantenimiento”, afirmó.

Informó que las cotas diarias históricas del embalse de Guri en los últimos días  han estado por encima del promedio, lo cual significa que “hay exceso de agua” para la generación de energía hidroeléctrica que pudiera haber sido aprovechada, ante la insuficiencia termoeléctrica.

“Lamentablemente no es usada por las deficiencias de generación y transmisión que presenta el Bajo Caroní. Si hay fallas en termo, se podía suplir la demanda con las plantas del Bajo Caroní, en especial el Guri. Sin embargo, ni las turbinas ni el patio de transmisión están disponibles debido a los daños ocasionados por el apagón del 25 de marzo”, indicó.


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