Una fuente sindical del Metro señaló que de 12.000 trabajadores que sumaba el subterráneo, solo 7000 permanecen en la compañía estatal, una realidad que impide atender fallas operativas como las registradas este lunes cuando falló la energía en la parroquia El Recreo y el Metro tuvo que interrumpir sus operaciones en las estaciones Chacaíto, Sabana Grande y Plaza Venezuela.

Caracas. Es más de la hora de almuerzo y el Metro de Caracas luce atiborrado, saturado de usuarios que jadean el calor. El aire espeso en la estación Teatros apura el agite por el tren que aún no llega. De momento, los rieles murmuran la fricción de las ruedas del siguiente tren. El bullicio prospera y el griterío se hace ensordecedor conforme se avecina el vagón.

Quienes bajan del tren parecen proferir ensayos de permiso: “Aquí voy yo”, “Cuidado, cuidado”, “Mosca que llevo una bolsa de sardinas”, vocea de último un hombre relleno, de aliento agrio, que sin tener nada en la mano desembarca con su mayor habilidad. Intenta esquivar una muralla de personas que, por su tozudez, parecen obstáculos en la vía. Nada los saca del camino. Y aquello cobra el aspecto de una represa de humanos.

Es la secuela de la falla eléctrica que retrasó, este lunes, el servicio de trenes en el Metro de Caracas, un sistema donde, a juicio de los usuarios, falla hasta lo que no tendría que fallar: el aire acondicionado, la higiene y la frecuencia de trenes. En el lugar la atmósfera es la misma de un mercado a cielo abierto, incluso hay vendedores. Algunos usuarios, enmudecidos tal vez por el calor, solo hacen mohines de resignación.

Usuario fueron desalojados este lunes del Metro por una falla de electricidad en la parroquia El Recreo que afectó el servicio.

Es la imagen de un servicio venido a menos que es la principal opción para la movilidad en Caracas, donde 90 % del transporte superficial está inoperativo, según el gremio. Pero en el subterráneo nada está en su lugar, ni la hora, ni la basura. El tren que acaba de llegar incluso desencaja en el andén y tiene buena parte del vagón delantero zambullido en el túnel. Todo indica que es un error.

Tengo más de una hora aquí. Será imposible que llegue a mi casa hoy. Salí del médico y me encuentro con esto. No hay camionetas y las que pasan, muy pocas, no se quieren parar, contó Isabel Vargas, una señora de la tercera edad visiblemente casada por el tiempo que tenía esperando en la parada.

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La situación, dicen algunos, es inaguantable. Las fallas del sistema son el retrato de un servicio moribundo, que por la falta de inversión parece despedirse y decir adiós a los caraqueños. Una fuente sindical del Metro señaló que de 12.000 trabajadores que sumaba el subterráneo, solo 7000 permanecen en la compañía estatal, una realidad que impide atender fallas operativas como las registradas este lunes cuando falló la energía en la parroquia El Recreo y el Metro tuvo que interrumpir sus operaciones en las estaciones Chacaíto, Sabana Grande y Plaza Venezuela.

Para quienes son usuarios asiduos del Metro, no se trata de un hecho fortuito, un capítulo aislado dentro de la crisis que paraliza el sistema. Para voceros de la organización Familia Metro la situación es compleja.

Aseguran que algunas estaciones están acéfalas y operan sin personal. Hay paradas como Parque Carabobo y Bellas Artes, por mencionar algunas, donde solo hay un operador. Las escaleras mecánicas no quedan al margen de la crisis: 90 % están fuera de servicio por falta de repuesto y personal técnico para su mantenimiento y rehabilitación. La situación, dice la fuente del Metro, es más compleja de lo que se cree. Hay estaciones como Pérez Bonalde y Parque Carabobo que cierran más temprano por falta de personal, asegura.

Al Gobierno lo que menos le interesa en este momento es que se pare el Metro y si eso pasa, cae Maduro, señaló la fuente.

En ocasiones, señala el empleado del Metro, solo hay ocho operadores para toda la Línea 3 del subterráneo y un supervisor por cada dos o tres estaciones. Se trata de un panorama crítico que puede variar según el día. En torno a la operatividad de los trenes, en la Línea 3 solo hay 8 trenes operativos. En la Línea 1, 12 equipos y el número de locomotoras puede llegar a 15, en el mejor de los casos, mientras en la Línea 2, hay hasta 13 trenes operativos, según cálculos de los empleados.

Pero el mayor problema, se cuestionan los trabajadores, tiene que ver con el relevo de quienes se marchan. El recurso humano calificado que abandona la empresa ha sido sustituido por el personal de la Milicia. La renuncia en el Metro es masiva, no hay condiciones de trabajo y el criterio para contratar nuevo personal es si eres madurista o no.

El mayor riesgo por ceder el manejo de los trenes a la Milicia estriba en la improvisación y la falta de formación. Los funcionarios no están calificados para resolver situaciones de contingencia y desconocen los protocolos de desalojo.

Desalojo en el Metro por falla eléctrica 

Los caraqueños en horas del mediodía quedaron a pedal y bomba tras una falla registrada en el sistema Metro de Caracas. Al parecer —y sobre esto no hay datos oficiales— ocurrió un corte de energía en los alrededores de El Recreo, Plaza Venezuela, La Florida, Chacaíto, Bello Monte y Bellas Artes, lo cual afectó el suministro de electricidad en la Línea 1.

Específicamente las estaciones Chacaíto, Sabana Grande y Plaza Venezuela se vieron afectadas. Por los parlantes lo que se informaba era que el servicio estaba suspendido debido a “fallas eléctricas”. Los usuarios fueron desalojados masivamente, pero no les fue mejor en la superficie, debido a que tampoco contaron con las unidades del transporte público.

Si pasaba una camioneta por la Gran Avenida era perseguida por docenas de usuarios que, desesperados, querían llegar a sus destinos.

Las paradas de inmediato se colmaron. No hubo operativo del Metro para reforzar el traslado. No se vieron los Metrobuses en Plaza Venezuela, ni otro apoyo con los carros Yutong.

Muchas personas caminaron hacia Ciudad Universitaria debido a la falta de conexión con la Línea 3. Lo mismo de Plaza Venezuela hacia La Hoyada, donde a pesar de que no estaba restringido el acceso al subterráneo, en vista del retraso, mucha gente salió del sistema buscando desahogo por la avenida Fuerzas Armadas.

Con información de Ingrid Rodríguez

Fotos: Luis Morillo


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