Cuatro fisuras en un tubo matriz de 64 pulgadas amenazan con dejar sin agua a más del 70 % de la zona metropolitana de Anzoátegui. Trabajadores indicaron que el conducto perteneciente al sistema de distribución Gran Maguey ya cumplió su vida útil y debe ser reemplazado.

Barcelona. La madrugada del jueves 9 de noviembre de 2017, los vecinos del barrio José Antonio Anzoátegui, mejor conocido como Molorca de Puerto La Cruz, vivieron momentos de terror cuando la explosión de una tubería de 64 pulgadas generó una ola de más de 1.0 metros que penetró con fuerza a sus hogares y acabó con cinco casas de la comunidad.

El saldo total de aquella tragedia —que los lugareños indicaron se pudo evitar tras haber sido denunciada en cuantiosas ocasiones— fue un total de 30 viviendas afectadas, 10 damnificados y 5 lesionados.

Hoy, a casi dos años del suceso, los vecinos están al borde de los nervios al ver que la tubería presenta cuatro fugas que amenazan con una tragedia mayor.

Carlos Bonilla fue uno de los afectados en aquella ocasión. Al ver que las fugas crecen cada día que pasa y las autoridades no hacen nada para resolver el problema, su preocupación aumenta:

Hace dos semanas que el tubo tiene esas cuatro fisuras, nosotros fuimos a Protección Civil, ellos vinieron, inspeccionaron y levantaron un informe que fue pasado a la Alcaldía de Sotillo pero estos hicieron oídos sordos, vino la gente de Hidrocaribe pero no dieron solución alguna, aquí están esperando que ocurra una nueva tragedia para volver.

Bonilla refiere que en octubre del año pasado ocurrió un incidente de menor magnitud y los trabajadores de Hidrocaribe acudieron a la comunidad y repararon la fuga de la tubería, que surte de agua a poco más de la mitad de la zona norte de Anzoátegui.

Eso ya hay que reemplazarlo, cuando ocurrió la tragedia de 2017 aquí vinieron Aristóbulo Istúriz y cuanta gente del Gobierno pudo pero solo vinieron a tomarse fotos porque la comunidad está peor que hace dos años, de aquella oportunidad solo reubicaron a cinco familias, pero aún hay personas que estamos en riesgo si esa tubería llega a explotar nuevamente, expresó Bonilla.

Tras el incidente del 9 de noviembre de 2017, Crónica.Uno conversó con trabajadores de la empresa hidrológica. En ese momento, los encargados de hacer las reparaciones indicaron que la tubería ya tenía más de 50 años y había cumplido su vida útil, repararla requeriría hacer una inversión mil millonaria y dejar sin agua a más de 75 % de la conurbación metropolitana por más de una semana.

Bonilla y los residentes de Molorca hacen responsables tanto a Hidrocaribe, alcaldías y Gobernación del estado por lo que pueda ocurrir si no se soluciona pronto la situación de la tubería.

Nosotros no podemos dormir, a la crisis por los apagones ahora se nos suma está zozobra, nosotros estamos viviendo en una bomba de tiempo que, de explotar, generará una tragedia mucho peor que la de 2017, indicó.


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