Gasto de la campaña acentuará distorsiones cambiarias y de precios (y II)

supermercados

El Gobierno tratará de garantizar el abastecimiento en las próximas semanas, pero que haya mercancía o no en los anaqueles dependerá de la intensidad de las fiscalizaciones de la Sundde.

Caracas. Cuando faltan 28 días para las elecciones presidenciales, la previsión es que las distorsiones de la economía se profundizarán debido a que el gasto para la campaña impactará en los precios.

En lo que va de 2018, las industrias han seguido enfrentando restricciones cambiarias y aquellos que han intentado mantener sus operaciones han recurrido al mercado paralelo, cuya paridad se ha disparado. A esos problemas se han sumado otros escollos como la falta de luz, agua y transporte,  y por ello, las empresas han estado trabajando a un tercio de su capacidad.

Frente a una menor cantidad de bienes, el Gobierno ha inyectado más bolívares, lo que ha presionado los precios, y la inflación intermensual es más de 60 %, lo que evapora los salarios de los ciudadanos.

¿Qué sucederá en las próximas semanas?

El Gobierno intentará “garantizar” abastecimiento, aunque sus acciones tenderán a generar más desequilibrios.

De a cuentagotas el Ejecutivo aprueba dólares debido a que tiene un contexto adverso. La producción petrolera ha bajado a 1,5 millones de barriles diarios cuando el precio del barril promedia los 60 dólares, con lo cual deja de percibir más de 20 millardos de dólares adicionales, según las estimaciones de los economistas. La tendencia es que el declive siga por la menor inversión, la falta de personal capacitado y las deudas con proveedores.

En septiembre de 2017, el Banco Central de Venezuela (BCV) suspendió las subastas del sistema de tipo de cambio complementario (Dicom) con el argumento de que las asignaciones de divisas serían mediante una “canasta de monedas”, y fue en febrero de 2018 cuando el mecanismo se reactivó con oferta de privados. En nueve subastas se han asignado 6,1 millones de dólares.

Aunque es poco, “se crea una burbujita”, apunta el economista y director de Ecoanalítica, Alejandro Grisanti, quien agrega que “es una valvulita muy pequeña que se podría traducir en algo”.

En el Dicom, los entes oficiales tienen ocho meses sin vender, y a la par, el Gobierno y Pdvsa han postergado los pagos de los intereses de los bonos de la deuda, por tanto, tiene un dinero represado que supera los dos millardos de dólares, que podría orientarse a otros fines. Es decir, el Ejecutivo aún tiene cómo bandearse.

El economista no descarta un aumento de la oferta de las cajas que ofrecen los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). Las autoridades han dado instrucciones para que se eleve la frecuencia de venta de esos alimentos subsidiados..

Las advertencias

Por la cercanía del evento electoral, la administración de Nicolás Maduro buscará las maneras de disminuir la ausencia de rubros en los anaqueles.

Asdrúbal Oliveros, economista, agrega que el abastecimiento no empeorará. “La rotación de inventario es más lenta, porque los precios han subido y no se tiene la misma capacidad de compra que se tenía en el pasado. Se adquieren bienes con menos velocidad”.

En días pasados, el ministro de la Defensa y jefe de la Misión Abastecimiento Soberano, Vladimir Padrino López, se reunió con representantes de la agroindustria y de los supermercados, donde les advirtió que el Gobierno ha asignado la materia prima, por lo que debe haber productos y no se tienen que ajustar los precios.

Pero los temores rondan. En el sector privado no se descarta que la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Económicos (Sundde) vuelva con las fiscalizaciones a los comercios como sucedió antes de las elecciones de diciembre de 2017 y en enero de 2018, lo que impactó en los inventarios.

La institución publicó un comunicado en el que amenazó con sanciones a quienes remarquen los precios.

La aceleración

Mientras por un lado el Gobierno inspeccionará para que no se remarquen precios, por otra vía, la política oficial incidirá más en la inflación.

La oferta del Dicom es baja y no se vislumbra que el flujo semanal suba tanto, de manera que las empresas continuarán acudiendo al paralelo. De hecho, más de 80 % de las importaciones privadas se financian por esa vía, lo que se refleja en los precios de los bienes y servicios. Oliveros indica que “el paralelo es la única tasa con la que opera el privado”.

Esa presión sobre el mercado además se seguirá generando por la mayor inyección de bolívares en la economía, que se incrementará para cubrir el gasto, pues las erogaciones del sector público suelen aumentarse con la cercanía de eventos electorales.

Desde diciembre el Jefe de Estado ha tenido como estrategia el otorgamiento de bonos. En cinco meses ha dado bonos de Navidad, Reyes así como de protección para las familias, embarazadas y discapacitados. También ha aprobado bonificaciones por Carnaval, Día de la Mujer, Semana Santa y Día de la Independencia, que en este caso se eleva a 1 millón de bolívares.

Tampoco se descarta que a medida que se acerque el 20M el Gobierno decrete no menos de dos bonos más.

Según los cálculos de Ecoanalítica, esos bonos equivalen a 9,8 billones de bolívares mensuales.

Para atender esos egresos —y más porque las fuentes de financiamiento ordinario como petróleo y tributos se quedan cortas— el BCV ha elevado la fabricación de bolívares, medida que potencia la hiperinflación. Las proyecciones de las firmas económicas apuntan a índices de seis dígitos.

“El Gobierno seguirá metiendo más bolívares para la campaña y esos bolívares se convertirán en gasolina para el paralelo. No es descabellado pensar que la inflación sea 100 % en abril”, indica Asdrúbal Oliveros.

Foto: Archivo


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