Gobierno y Pdvsa se endeudaron en parte para sostener el régimen cambiario

deuda barata

17 millardos de dólares en emisiones de la petrolera se orientaron al BCV para que efectuara las asignaciones de divisas por Sitme y Sicad.

Caracas. “La deuda de Estados Unidos asciende a 300 % sobre su Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la de Venezuela llega solo a 25 % del PIB”, dijo el fallecido presidente Hugo Chávez Frías en 2012 para destacar que la deuda del Gobierno central —que estaba en 45 millardos de dólares— resultaba manejable. Cinco años después, su sucesor, Nicolás Maduro, se queja de las cancelaciones que debe efectuar a los tenedores de bonos.

Hemos pagado nuestra deuda externa hasta el último centavo (…) Me ha tocado pagar entre capital e intereses 71,7 millardos de dólares, aseveró el mandatario en noviembre luego de atender los compromisos de Pdvsa y anunciar una reestructuración de la cual no hay precisiones. Pero esos altos pagos se deben a que entre 2004 y el 2016 la deuda externa se triplicó con los fines de sostener la política cambiaria y cubrir parte del gasto corriente.

Durante la etapa de bonanza, Chávez aumentó el tamaño del Estado, y los altos ingresos ordinarios (petroleros y tributarios) no alcanzaban por lo que recurrió al endeudamiento. Mientras el precio del crudo estaba por encima de los 80 dólares, no hubo inconvenientes para cancelar el servicio (capital e intereses), sin embargo, tras el declive del valor del barril la situación se complicó.

¿Cómo fue ese endeudamiento?

En 2004, en el inicio del boom de ingresos petroleros, la administración de Chávez aceleró el endeudamiento.

En un período de siete años, el despacho de las finanzas emitió bonos por más de 30 millardos de dólares y aunque el grueso de las operaciones fueron para atender la gestión fiscal —pagos de deuda, déficit y aumento del gasto público— hubo otras que fueron destinadas a sostener el régimen cambiario.

Con el control de cambio que arrancó en 2003, el Gobierno asignó dólares mediante la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) pero la autorización de divisas no era suficiente para los privados, por lo cual en aquel momento las autoridades permitieron que empresas y pequeños inversionistas adquirieran títulos de Cantv —que estaba en manos privadas— para obtener billetes verdes.

En paralelo, empezó el mercado permuta que permitía a los inversionistas que tuvieran bonos en bolívares, cambiarlo con otros que tuvieran bonos en dólares y quisieran bolívares. De manera que durante tres años las divisas eran obtenidas por varias vías.

Tras la nacionalización de Cantv en el primer semestre de 2007, las divisas a los privados eran por Cadivi y el permuta. Sin embargo, las asignaciones oficiales no cubrían todos los requerimientos de los empresarios, lo que llevó al propio Gobierno a emitir bonos con el fin de que se garantizara el acceso a las divisas e intentar mantener a raya el dólar paralelo.

De acuerdo con las cifras oficiales, entre 2006 y 2008 casi 7 millardos de dólares que colocó Finanzas tuvieron como fin atender la demanda de los importadores, aunque dichas operaciones no llegaron a calmar la sed por los dólares que aumentaba debido a la baja paridad.

Por un período —en el que los precios del crudo seguían en alza— no solo el Gobierno se comprometía más, Pdvsa se endeuda.

En 2007 la petrolera comenzó las colocaciones de títulos valores para sus planes de inversión y programas sociales debido a que Chávez le ordenó a la estatal asumir otros roles, adicionales a su negocio medular: producción, refinación y comercialización. Con esos bonos se permitió adquirir divisas en medio del control, y en nueve años, las emisiones de la petrolera superaron los 40 millardos de dólares.

El economista y director de la firma ODH, Richard Obuchi destaca que este fue un endeudamiento hecho por esta administración en la etapa de boom de ingresos con el fin de “alimentar el mercado de divisas”.

¿Hacia dónde se orientó?

El pasado mes de noviembre el expresidente de Pdvsa y ahora exembajador en la ONU, Rafael Ramírez, escribió un artículo en el que dejó en evidencia sus diferencias con los miembros del Ejecutivo y el impacto que tuvo la materia cambiaria en la industria. Mencionó que la estatal tuvo que “emitir deuda para respaldar una política cambiaria que no terminaba por revisarse y mantener el llamado ‘(dólar) implícito’ a un nivel establecido como objetivo por el BCV y Ministerio de Finanzas”.

Pero en su época de ministro de Petróleo decía que era una estrategia exitosa. En 2012 Ramírez expresó que las emisiones permitían controlar el paralelo. “Estamos creando las condiciones para mantener controlado el dólar a través del Sitme. Y esa ha sido una política exitosa que ha permitido que la inflación esté por debajo de la meta”.

Luego de la eliminación del mercado permuta, en 2010 el Gobierno creó el Sitme (Sistema de Transacciones de Títulos en Moneda Extranjera) con el fin de que la banca y los entes oficiales vendieran bonos, no obstante, gran parte de la oferta fue de Pdvsa. La estatal en tres años terminó colocando deuda en ese esquema por 13 millardos de dólares.

Finanzas entre 2010 y 2011 emitió más de 10 millardos de dólares para financiar las misiones: Vivienda, Trabajo y AgroVenezuela, papeles que también se emplearon en el mecanismo adicional de dólares. En 2012 el para entonces ministro de Finanzas, Jorge Giordani, decidió centrarse solamente en la deuda interna, y Pdvsa terminó con el mayor peso en la política cambiaria.

A principios de 2013, las autoridades eliminaron el Sitme, pues la asignación de dólares quedaría solo a cargo de Cadivi, que luego se transformó en el Centro de Comercio Exterior (Cencoex). Por ese sistema adicional se aprobaron 16 millardos de dólares a una tasa de 5,30 bolívares.

En aquel momento, Ramírez expresó que “el Sitme se usó para cosas que no están vinculadas con el tema productivo” y Giordani apuntó que “el Sitme nació genéticamente perverso”. De hecho, Edmée Betancourt, quien estaba a la cabeza del BCV, expresó que 20 millardos de dólares entregados vía Cadivi respondieron a una “especie de demanda artificial”, en alusión a empresas de maletín. Investigación que no ha tenido mayores avances.

Tras la suspensión del mecanismo alterno de dólares en 2013, Ramírez dijo que no tenía sentido emitir deuda para el Sitme. Sin embargo, la necesidad de incrementar la entrega de dólares para las importaciones llevó a la conformación del Sicad I, después el Sicad II, Simadi y Dicom cuya oferta volvían a ser bonos y en gran medida de Pdvsa.

Parte de las operaciones de la estatal eran directas con el BCV. Más de 40% de los papeles emitidos por la petrolera —17 millardos de dólares— fueron entregados al Central para alimentar  los mecanismos cambiarios alternos. En cuatro años, esos esquemas asignaron unos 10 millardos de dólares a tasas entre 12 y 3.500 bolívares.

Objetivo sin alcanzar

Uno de los fines de esos esquemas sustentados por deuda era regular el mercado paralelo.

Las autoridades decían que por esas vías se iba “pulverizar” el dólar negro, objetivo que no se ha logrado, porque frente a la restricción en la entrega de divisas, aquellos que intentan operar van a ese mercado, por lo cual esa tasa impacta en los precios.

Por el costo que generaba la política cambiaria, en 2014 la Vicepresidencia de Economía planteó una “convergencia cambiaria” y una reestructuración de la deuda, medidas que no avanzaron por las diferencias entre los grupos de poder, y que recientemente Ramírez admitió en su escrito.

Mantener regímenes con paridades oficiales bajas, que han carecido de supervisión y han sido focos de corrupción, ha impactado en las cuentas. Ante la menor disponibilidad de ingresos, la cancelación de deuda pública es un dolor de cabeza. Este año los pagos superaron los 10 millardos de dólares, y los compromisos de octubre y noviembre se han atendido por cuentagotas.

“Estamos pagando los errores del pasado”, comenta el economista y director de Ecoanalítica, Alejandro Grisanti quien destaca que para sostener la política cambiaria hubo “un endeudamiento desmesurado”.

Aunque Maduro anunció que busca refinanciar la deuda, todavía no hay señales del proceso, y para el próximo año tanto la República como Pdvsa tienen que saldar 8 millardos de dólares.

Infografía: Milfri Pérez

Foto: Archivo Crónica.Uno


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