Habitantes de la zona norte de Anzoátegui hacen frente a la falta de agua con cisternas y tomas clandestinas

hacen frente a la falta de agua

Varios sectores tienen más de un mes sin el suministro de agua. Llenar una tanque de 3000 litros cuesta 40.000 bolívares y puede durar 15 días. En encuesta realizada por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, 67 % de los consultados mostró su molestia por la intermitencia del servicio en sus hogares. Habitantes de Barcelona sostienen que en el mejor de los casos reciben agua en 3 de los 7 días de la semana.

Barcelona. En su cuenta de Twitter, la compañía Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe), encargada de suministrar el agua en el oriente del país, puso el siguiente post:

“@hidrocaribe #Hidrocaribe Informa que las Plantas Potabilizadoras El Rincón y José Antonio Anzoátegui se encuentran operativas, dándole continuidad al servicio de agua potable a los municipios Sotillo, Guanta, Urbaneja y Simón Bolívar en #AnzNorte #CadaGotaCuenta #UniónRevoluciónYPaz”.

Yerenice Chacón afirma que en El Viñedo, una de las comunidades populares más grandes de Barcelona, tienen más de un mes sin recibir agua por las tuberías.

Chacón dice que según la cuenta Twitter de Hidrocaribe se anuncia un plan de ciclos de distribución de agua potable en los que su comunidad está “beneficiada” pero, a su juicio, esa agua irá a otra Viñedo y no en donde ella reside, porque la única agua segura que tiene es la que le compra a las cisternas que llegan al sector.

“Aquí tenemos más de un mes sin recibir agua, cuando la recibíamos era en un promedio cada 15 días y ese día en que llegaba teníamos apenas 6 horas para poder llenar cuanto tobo y ponchera tuviésemos. No me quedó otra opción que comprar un tanque de 3000 litros y llenarlo me sale en 40.000 soberanos. Esto tengo que pagarlo cada 15 días o dependiendo del tiempo en que nos gastemos el agua”.

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A pocos kilómetros de Chacón se encuentran los tres sectores en los que está dividido el barrio La Ponderosa de Barcelona, y al igual que sus vecinos del Viñedo, tienen un mes sin ver una gota del líquido. La única diferencia es que muchos habitantes no apelan a las llamadas bombas para tener agua en sus casas. Una toma clandestina, calma momentáneamente su padecimiento.

Nelson Contreras posee una pequeña bodega, la cual debe cerrar a diario para ir a llenar en la toma, las siete garrafas de 5 litros y 3 tobos con los que cuenta para así poder tener agua en su casa y bañarse.

Esto va de mal en peor. Me acuerdo cuando llegue a este barrio que los chorros de agua que salían por las tuberías daban miedo de la presión que tenían. Hoy es un suplicio siquiera tener agua para poder cocinar. Ahorita estoy un poco más cómodo porque mi esposa y 2 chamos se fueron para Perú, pero cuando estaba toda la familia el consumo de agua era mayor y sí teníamos que pagar la cisterna. Si no es por esa toma ya nos hubiésemos muerto de sed porque aquí ningún organismo nos viene a surtir agua.

Quejas documentadas

En un conversatorio realizado el pasado jueves 25 de julio, en la sede del Colegio de Ingenieros de Anzoátegui, el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) reveló los resultados de una encuesta que realizó en la zona norte de la entidad en donde 67,8 % de los consultados calificó como negativo la prestación del servicio.

El informe señala que la principal queja de los encuestados es la intermitencia con la que disfrutan del mismo. 55 % sostiene que recibe agua al menos una vez por semana y en esa escala se encuentra Javier Chaurán.

Chaurán, quien vive en Nueva Barcelona, indica que: “De los 7 días que tiene la semana, apenas en 3 es que recibo agua”.

Misma situación atraviesa Jacky Cotoret, habitante del centro de Barcelona. Recibe agua apenas por espacio de horas, las cuales nunca son fijas.

Según la propia información que postea Hidrocaribe en su red social, y es la única porque los voceros oficiales no son prestos a declarar a la prensa, las razones por las que el suministro del líquido sufre afectaciones constantes son variables. Estas van desde variaciones en el voltaje e interrupciones en el servicio eléctrico que impiden las operaciones en las plantas potabilizadoras El Rincón y José Antonio Anzoátegui, planes de mantenimiento, hasta la turbidez como consecuencia de las lluvias que caen en la cabecera del Río Neverí que impiden la apta distribución en el sistema.

Frente a las constantes fallas, Hegda Castellanos optó por sacrificar un espacio en su apartamento, ubicado en las residencias Doral de Puerto La Cruz y colocó un tanque cilíndrico para paliar la escasez de agua en su sector.

“A nosotros hace tiempo nos racionan el agua en el conjunto residencial, la ponen tres veces al día cuando hay suficiente y una vez cuando tarda en llegar. Yo me cansé de guardar tobitos e instalé un tanque dentro del apartamento y sufro poco por la falta de agua, pero eso no quiere decir que no le demos uso consciente”, dice.

Mientras en las comunidades no llega el agua, en varios sectores de la ciudad como: adyacencias del hospital Luis Razetti, la tubería matriz que atraviesa el Puente La Volca en Barcelona y C.C Judibana en la avenida Municipal de Puerto La Cruz, se aprecian varios botes de agua potable que desperdician una gran cantidad considerable del líquido que necesitan los habitantes de la zona norte de Anzoátegui.

hacen frente a la falta de agua
Los botes de agua son variados en la ciudad.Foto: José Camacho.

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