Un estudio realizado por Una Ventana a la Libertad reflejó que la población actual es de 14.525 reclusos en, al menos, 198 recintos, cuya capacidad es solo para 5910 personas.

Caracas. Al menos 14.525 reos se turnan o, en el peor de lo casos, se pelean a punta de cuchillos o chuzos, por un espacio en el piso para poder dormir en los centros de detención preventiva del país, esto motivado a la sobrepoblación que asciende a 250 %.

Así lo reflejó el informe “La muerte y la violencia asedian a los privados de libertad”, presentado este jueves 15 de febrero por la organización Una Ventana a la Libertad, la cual realizó el estudio durante 2017 en 198 centros de prevención cuya capacidad instalada es para 5910 reos.

Estas instalaciones no fueron creadas para albergar a tantas personas, pues de acuerdo con la Ley Penal, el tiempo estipulado para estar en estos recintos es solo de 48 horas mientras se espera la presentación a los tribunales, recalcó el director de la ONG, Carlos Nieto Palma.

La periodista Luisa Torrealba Mesa, coordinadora de la investigación, sostuvo que al menos 65 personas murieron dentro de los centros, entre reclusos, familiares y funcionarios policiales.

Cortesía: Una Ventana a la Libertad

De estas muertes, 9 fueron por desnutrición. Esto se debe a la escasez de alimentos y que muchos reclusos dependen de la comida que llevan sus familiares, quienes en ocasiones viven en otras ciudades y no pueden pagar el transporte que los lleve a los centros para realizar las visitas, indicó la investigadora. Algunos incluso se ven obligados a pagar una “vacuna” a los funcionarios policiales para garantizar el alimento.

Por otro lado, enfermedades como tuberculosis, gastroenteritis, sarna, amibiasis e incluso el VIH o cáncer marcan la pauta entre los presos, pues 98 % de los centros investigados no cuentan con servicios médicos ni acceso a medicamentos, lo que pone en riesgo la vida de las más de 14.000 personas que intentan sobrevivir tras las rejas.

Otro caldo de cultivo para las infecciones es la falta de pocetas y duchas, por lo que las necesidades fisiológicas se realizan en bolsas plásticas que permanecen dentro de los calabozos, pues tampoco hay servicios para recolección de basura en 52 % de los centros de prevención.

Durante 2017, al menos 65 personas fallecieron dentro de 198 centros preventivos. Una Ventana a la Libertad

Para el director Nieto Palma, el “caos” en los recintos aumentó después de la llegada de la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, pues aunque prometió la construcción de nuevo centros, esto no se llevo a cabo. Todo lo contrario, solo se incrementó el retardo procesal.

Agregó que al menos 115 reclusos poseen boletas de excarcelación, mientras que 3919 ya deberían estar en un centro de reclusión.

No hay atención para personas con discapacidad, hay reclusos con piernas amputadas que deben dormir en hamacas, construidas con pedazos de telas, junto con tres o más personas, informó Torrealba Mesa.

En total, en el país existen aproximadamente 500 centros de detención preventiva, cuya población llega las 45.000 personas, cuando la capacidad es para 10.000 reclusos.

Patrullas como calabozos

Según el informe, en el estado Táchira se habilitaron patrullas policiales para albergar a los detenidos durante las protestas realizadas entre abril y agosto de 2017 en contra del gobierno de Nicolás Maduro.

“Las patrullas se localizaban en los patios de los centros de detención. En solo una podían meter hasta 20 manifestantes, quienes no tenían acceso a la alimentación, agua e incluso visitas de familiares”, indicó la periodista.

Ante la situación actual dentro de las instalaciones de los recintos, ambos investigadores hicieron un llamado de atención a la Defensoría del Pueblo y al Ministerio Público para que tomen acciones y atiendan, fundamentalmente, el derecho a la vida y la salud de los detenidos.

Foto referencial: Cheché Díaz. Infografías: Una Ventana a la Libertad


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