Haringhton trató de asumir su puesto en la Fiscalía pero Ortega Díaz le cerró las puertas

La vicefiscal designada por el Tribunal Supremo de Justicia aseguró a los periodistas que iba con la disposición de trabajar “en equipo” con la jefa del Ministerio Público, a quien pidió reflexionar para “actuar en pro del país”. Al retirarse, la funcionaria se equivocó y se montó en la camioneta de la fiscal general.

Caracas. La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, cumplió su palabra de no reconocer la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de designar a su otrora subalterna, Katherine Haringhton, como vicefiscal encargada; y por ello no dudó en cerrarle las puertas del Ministerio Público (MP) para impedirle posesionarse de su despacho.

Tras pasar 15 minutos esperando a que le abrieran las puertas de la sede del organismo, ubicada frente a la plaza Parque Carabobo, la comitiva del máximo juzgado que acompañaba a Haringhton —la cual estaba encabezada por la secretaria de la Sala Constitucional, Mónica Rodríguez— decidió pegar en una de las columnas de la entrada del edificio la notificación del fallo judicial 532.

Ortega Díaz calificó de “arbitrario” el intento de Haringhton por tratar de ingresar al organismo y responsabilizó al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) de lo que pudiera pasar. En Parque Carabobo, agentes del organismo dirigido por el general Gustavo González López, vestidos de civil, y decenas de guardias nacionales se dejaron ver por la zona.

La misión era notificar y no nos dejaron entrar, esperamos durante más de 10 ó 15 minutos, porque llegamos a las 12 en punto, nos recibió un funcionario de seguridad y luego no salió para darnos respuesta, relató la funcionaria ante decenas de periodistas que se agolparon para reseñar su fallido intento por ocupar el cargo que la intérprete de la Carta Magna le dio.

Pese al desplante, Haringhton lanzó un discurso conciliador. Primero aseguró que con su gesto buscaba comenzar a trabajar con la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, por lo que es la marcha del país y la paz, la paz que todos necesitamos y queremos, luego llamó “a la reflexión” a la jefa del Ministerio Público para “actuar en pro del país”; y por último le pidió a los funcionarios del organismo tener tranquilidad, porque “yo vengo a trabajar por el país”.

Luego de afirmar que el organismo será “garante de la legalidad, accesible, imparcial, confiable, caracterizada por el cumplimiento de sus atribuciones e inmersa en la dinámica social con estricto apego de los Derechos Humanos”, la vicefiscal designada por el TSJ juró ante las cámaras que “voy a hacer cumplir las leyes”, porque “este no es un Estado forajido”.

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Dudas en el aire

Durante su primera comparecencia ante los medios la funcionaria no aceptó ninguna interrogante a pesar de que algunos comunicadores le preguntaron en reiteradas ocasiones sobre por qué ahora sí se considera capacitada para volver al organismo donde hizo carrera durante 23 años.

El año pasado, al solicitarle a Ortega Díaz su jubilación, Haringhton afirmó que no podía volver al Ministerio Público —tras su pasantía en el Gobierno— porque su objetividad estaba comprometida.

Durante el año y medio que me desempeñé en el aludido cargo [viceministra del Sistema Integrado de Investigación Penal] lo hice con un evidente activismo político, propio de la misión que me fue encomendada por nuestro Presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, para el servicio y defensa de nuestra amada patria venezolana, sin duda mi actuar determinado compromete flagrantemente la debida objetividad que debe presentar un Fiscal del Ministerio Público en el desempeño de sus funciones, escribió en la carta que el 29 de septiembre de 2016 le dirigió a la fiscal general para pedirle que le concediera el beneficio de la jubilación.

Tampoco se refirió a la polémica en relación a su nombramiento. La Ley Orgánica del Ministerio Público establece que el vicefiscal es nombrado por el Fiscal General.

A la camioneta equivocada

Al retirarse de la sede se registró un simpático incidente, pues cuando Haringhton se iba rodeada por las decenas de periodistas, fotógrafos y camarógrafos que batallaban con la docena de escoltas que la custodiaban, terminó montándose en la camioneta equivocada.

“Se subió a la camioneta de la Fiscal General que por casualidad estaba estacionada al frente del Ministerio Público y no en la del TSJ que la trajo”, relató un funcionario del organismo.

Durante la tarde los ojos del país estuvieron puestos sobre el máximo juzgado, pues el presidente del organismo, magistrado Maikel Moreno, convocó a los magistrados para una reunión extraordinaria de la Sala Plena, donde supuestamente se acordaría permitir el enjuiciamiento de Ortega Díaz y así quedaría suspendida de inmediato. Sin embargo, la cita fue aplazada por motivos aún no aclarados.

Foto: Cheché Díaz


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