La encargada de un puesto de alquiler de teléfonos contó que recientemente le robaron absolutamente todo a otra trabajadora, de la avenida Lecuna, mientras montaba su tarantín

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Yohana Marra/@yohanamarra

Caracas. De manera jocosa prefirió hablar de inseguridad la encargada de un puesto de alquiler de teléfonos en la avenida Lecuna. En un tono bromista comentó, sin revelar su nombre por seguridad, que en la zona no hay choros sino “personas que te quitan prestado las cosas sin pedir permiso” y los pueden hacer hasta tres veces al día.

Afortunadamente no le ha sucedido nada, pero tiene una vista VIP para los robos diarios, que en su mayoría son con pistola en mano.

“Hace un semana, como a la 1:00 pm, venía caminado una chama para montar su puesto en la esquina y le robaron todo, hasta el termo del café”.

Y mientras atendía a una cliente en su puesto, recordó que hace cuatro días pilló cuando robaron a un chamo, mientras hablaba por teléfono; se le acercó un malandro con la pistola pidiéndole el celular

“Cuando la víctima vio la pistola le preguntó al malandro que si lo quería robar y él le dijo a la persona con quien hablaba por el celular que esperara un momento porque lo iban a asaltar”, contó sorprendida.

Aunque no se explica cómo el chamo tuvo esa reacción, ya que ella hubiera entregado todo, soltó que al final no lo robaron porque se puso a dar gritos en la calle y el antisocial huyó.

En vista de la delincuencia otros empelados de Parque Central comentaron que prefieren no recibir visitas de familiares, o amigos, en su lugar de trabajo. Así expresó una muchacha que labora en un ministerio de la zona, pues a un amigo lo han atracado cuatro veces en dos meses en la Lecuna.

Desde ese instante no deja que su mamá se meta por ahí y menos si anda en carro. “Ni en los ministerios se está seguro”, soltó, aunque cuenten con presencia policial en la salida. “Siempre que sucede algo, la policía lo que hace es meterse en el edificio para cuidarse”.

Vecinos preocupados

A los residentes de Parque Central les da pavor pasar por las calles en horas de la noche por la falta de iluminación. Para ellos la cercanía que tienen con el barrio San Agustín del Sur tiene mucho que ver con las elevadas cifras de robos.

Pedro Castillo, ya ve cotidiano los arrebatos de celulares que ocurren al salir de los edificios y el desvalijamiento de vehículos en los estacionamientos

Y aunque confesó que cuenta con presencia policial frecuente, no se fía de ellos porque cuando pasa algo malo “no nos paran”, sentenció.

Foto: Cristian Hernández


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