De acuerdo con cifras aportadas por la socióloga Verónica Zubillaga, miembro de la Red de Activismo e Investigación por la Convivencia, 87 % de los asesinatos en el país son por armas de fuego.

Caracas. Los planes de seguridad como el Dispositivo Bicentenario de Seguridad (Dibise), implementado en 2010; el Plan Patria Segura, en 2013 y la Operación Liberación del Pueblo, en 2015, puestos en marcha por el Gobierno, buscaban acabar con los índices de violencia en el país.

Sin embargo, Verónica Zubillaga, miembro de la Red de Activismo e Investigación por la Convivencia (Reacin), señaló en un foro realizado por Efecto Cocuyo, en el Centro Cultural Chacao, que con estos operativos la violencia ha ascendido.

“En los últimos años vuelven al ruedo los planes de militarización de la seguridad. Y con las prácticas de guerra han venido acompañados de discursos de guerras. Todo ha sido un proceso simultáneo”, dijo.

Añadió que estos operativos forman parte de una política de “mano dura”, lo cual genera daños que tienen como común denominador el uso excesivo de la fuerza.

“Los grupos de crímenes en vez de ser disuadidos, se arman más y se genera una guerra, ya que no hay garantías de procesos judiciales”, expresó.

Como consecuencia, se fortalecieron las bandas de delincuentes —a las que pertenecen muchos privados de libertad— y ha aumentado la violencia.

Como ejemplo de esto citó datos oficiales del 2010, año de lanzamiento del plan Dibise, en el país hubo 45 homicidios por cada 100.000 habitantes. En la actualidad, la tasa ascendió a 70.

Además, las políticas de mano dura definen al delincuente como “deshumanizado” o como “algo que hay que eliminar” para que la gente pueda sobrevivir, cuando en la sociedad se debe establecer un discurso de rescate de los Derechos Humanos.

“En los discursos hay un proceso de estigmatización letal, deshumanización y legitimación de la matanza. Hay una ‘naturalización’ de la violencia y la situación actual no se debe tomar como normal”.

Bajo este panorama, Zubillaga recomendó tomar tres líneas de acciones en las que de alguna manera se pueda acabar con la violencia en el país.

En primer lugar, tener focos en los espacios: “En vez de operativos militarizados masivos, aplicar operativos de inteligencia policial en lugares específicos. Darle protagonismo a los policías”.

También añadió establecer una política de control de armas, pues en la actualidad, 87 % de los homicidios son por armas de fuego. Y según el investigador José Luis Fernández, en 2013 al menos 14.704 personas murieron a mano armada.

Como última acción, Zubillaga mencionó la reivindicación de la vida como valor supremo en la sociedad venezolana, Por ello, recomendó que ante el contexto violento del país se debe recuperar la ciudadanía ante la militarización y abrir debates inéditos.

“Visibilizar a las víctimas y sus necesidades para interrumpir la transmisión de duelos y venganza, transformar la perspectiva de los jóvenes de la amenaza a oportunidades”, concluyó.

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