En octubre pasó nueve días sin agua. Los pacientes y familiares cargan los tobos desde el piso 1 hasta los servicios altos. A eso se suma. A eso se suma que hay pasillos sin luz.

Caracas. Al hospital Clínico Universitario de Caracas si no lo agarra el chingo lo hace el sin nariz. En octubre, este nosocomio de referencia nacional estuvo nueve días sin agua y, desde hace tres días está de nuevo sin el servicio. A eso se le suma que tiene el pasillo y las unidades médicas sin energía eléctrica.

Mauro Zambrano, dirigente sindical, explicó que el agua se va porque la bomba del tanque que mandaron a rebobinar hace más de dos meses, no la han instalado, con la grave situación de que, al no haber suministro, se suspendieron servicios como la diálisis y las operaciones electivas.

Además, denunció que la limpieza se está haciendo con deficiencia de insumos y que cuando no hay agua, es difícil mantener los espacios con el aseo adecuado, lo que favorece la proliferación de bacterias que incluso atacan a los trabajadores hospitalarios.

[irp posts=”74429″ name=”La desnutrición subió de 16% a 30% en un año”]

Los familiares de los pacientes hospitalizados llevan botellones de agua y para los baños diarios cargan agua desde el piso 1, que es hasta donde el tanque bombea. En las habitaciones y baños hay pipotes donde están almacenando el potable y ese es otro foco de contaminación, pues ya se están desarrollando criaderos de mosquitos y zancudos.

La dirección, según los trabajadores, dice que se está trabajando en la solución. “El problema es que es recurrente la situación y un hospital no puede estar sin agua, eso viola todos los derechos humanos”, reclamó Zambrano, quien comentó que ya este centro asistencial sufre por la escasez de medicinas y por la paralización de equipos de alta tecnología por falta de mantenimiento.

Foto: Francisco Bruzco


Participa en la conversación