Médicos denunciaron que los recién nacidos fallecen por falta de medicinas y las malas condiciones de higiene, ya que no hay agua ni aire acondicionado. Tampoco cuenta con radioterapia y quimioterapia.

Cumaná. El miércoles 8 de junio, un niño de 5 años murió en el Hospital Universitario Antonio Patricio de Alcalá de Cumaná (HUC). Su madre tenía más de dos semanas buscando solución fisiológica, sin éxito, pues en el hospital no hay un insumo tan básico. El drama de la muerte de niños en el centro asistencial se ha repetido casi 200 veces en los primeros cuatro meses de 2016, según reportan médicos de Cumaná, dado que no existen cifras oficiales actualizadas. La reiteración de esta realidad, —en la que fallece un neonato a diario— hace que en el HUC se respire un ambiente de frustración entre médicos y pacientes. “Hemos denunciado en la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y los medios esta situación y no hubo respuesta”, señaló la médico intensivista, Norka Patiño.

De acuerdo con la Memoria y Cuenta del Ministerio de la Salud de 2015, el índice de mortalidad neonatal en el país pasó de 0,05 % a 2,01 % en un año. El doctor Luis Vega, quien fue jefe de la unidad de parto del hospital, explicó que la mortalidad de neonatos en el centro médico alcanza 37,4 infantes por cada mil nacidos vivos en el recinto, al que llegan casi 90 % de los neonatos del estado Sucre. Esta cifra ha venido aumentando paulatinamente desde 2009, cuando ascendía a 13. El año pasado, fallecieron 249 infantes y a mitad de este año el número ya se acerca a los 200. “De diez niños que ingresan, seis fallecen”, indicó.

CRÓNICA UNO/Miguel González.
Los pacientes y sus familiares deben recoger agua en tobos porque el Hospital no dispone de este servicio básico. CRÓNICA UNO/Miguel González.

Quien recorra la edificación no tardará en dar con la causa de las muertes. Afuera, en donde la temperatura promedio supera los 30 grados centígrados, familiares y pacientes recogen agua en tobos porque el centro médico no dispone de este servicio. Adentro, donde no hay aire acondicionado, las instalaciones se convierten en un horno, lo que dificulta los tratamientos médicos.

En el retén que deberían ocupar los recién nacidos luce más como una suerte de cementerio: las incubadoras están inoperativas, algunas de las que funcionan no tienen respiradores y se tiene que meter a dos niños en la misma cuna. La suciedad y falta de higiene, así como la presencia de animales como gatos y ratas, y la escasez de desinfectante médico explican que muchos de los niños se mueran por procesos infecciosos. “En la morgue las cavas están dañadas. Funciona una sola y hay olor a putrefacción”, agrega la doctora Patiño.

De acuerdo con la Federación Farmacéutica de Venezuela (Fefarven) la escasez de medicamentos alcanza 86%, esta es una cifra muy similar a la que se constata en la institución. Una mirada al depósito de medicinas, con estantes vacíos en todos lados, explica por qué otra parte de los niños fallece por falta de insumos, no se encuentran ni jeringas. A la entrada de la emergencia hay un letrero grande en el que se lee “para que el paciente sea atendido e ingresado debe traer” y luego se mencionan medicamentos como solución fisiológica, equipo de infusión y antibióticos.  “Sólo hay una gama de antibióticos para todas las patología”, agrega la intensivista.

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A los pacientes les piden llevar medicamentos y estudios para ser ingresados. CRÓNICA UNO/Miguel González.

El pasado 7 de junio la ministra de Salud, Luisana Melo, aseveró ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) que en Venezuela está garantizado el derecho gratuito a la salud. Sin embargo, eso no es una realidad en el hospital de Cumaná (la capital del estado con mayor porcentaje de personas pobres por línea de ingresos en el país según el Instituto Nacional de Estadística)  en donde, en la práctica, el servicio es privado, pues las personas deben pagar afuera del hospital cualquier examen o medicamento: Tomografías, resonancias y hasta deben comprar los alimentos que van a consumir. “Venimos desde Carúpano y esto está horrible. Aquí se muere gente todos los días y hay que salir a hacer cola para conseguir la comida y el gobernador Luis Acuña anda por ahí de fiesta y pantalleando. Estoy decepcionada”, indicó Maribel Gutiérrez, sobrina de una niña internada en el hospital.

Espera de 5 años para operarse

En otras áreas las instalaciones se asemejan a las fotos de hospitales en zonas de guerra. En la emergencia “provisional”, donde los pacientes están casi unos sobre otros y no hay separaciones o cortinas entre ellos, funciona el único aire acondicionado de todo el recinto, que no enfría ninguna parte del cuarto, esto a pesar de que según la memoria y cuenta del 2015 del Ministerio de la Salud fueron adquiridos tres aires acondicionados para este centro asistencial. También se pueden ver algunas tiras elásticas cayendo del techo, estas sostienen el suero o la solución que se aplica a los pacientes, a falta de los parales médicos, mientras que muchos de los monitores electrónicos de los equipos médicos están apagados porque no funcionan. “La sala de emergencia ya lleva casi cuatro meses en remodelación”, indicó la médico intensivista.

A quien cuatro meses de provisionalidad le parezcan mucho se sorprenderá más al entrar a la sala de quirófanos que está “en construcción”  desde hace 10 años. “De diez quirófanos apenas funcionan dos y medio, porque normalmente uno de los tres tiene problemas con los monitores o máquinas de anestesia y hay un déficit importante de anestesiólogos y de enfermeras”, indicó Vitelio Patiño, médico de la unidad de Oncología.

CRÓNICA UNO/Miguel González.
Los anaqueles de medicamentos del hospital están casi vacíos. CRÓNICA UNO/Miguel González

Esto explica que algunos pacientes con cáncer tengan que esperar hasta 5 años por la intervención quirúrgica que requieren. Patiño agregó que si los pacientes con cáncer tienen la suerte de poder operarse el hospital no podrá brindarles luego el tratamiento de radioterapia. “Este hospital tiene 9 años que no cuenta con este servicio. Nuestros pacientes oncológicos tienen que salir a peregrinar hacia otros estados orientales buscando ayuda de radioterapia, ya que nosotros teníamos una bomba de cobalto que se dañó. Tenemos el acelerador lineal, ofrecido para inaugurarlo en octubre de 2015 y que todavía no funciona”.

La quimioterapia tampoco está disponible pues no se encuentran los medicamentos requeridos. “Hoy vemos como nuestros paciente se mueren de mengua, vemos como nuestros pacientes se van deteriorando cada día, desmejorando su calidad de vida”, señaló el médico oncólogo.

En la sala de terapia intensiva sólo hay 4 cupos para adultos y uno para niños, cuando debería haber 40 cupos. La situación en la unidad de diálisis es similar, la falta de la misma solución fisiológica y otros insumos paralizan la labor médica y los pacientes, en vez de las 12 horas semanales que deben recibir de tratamiento, solo cuenta con  5, 4 o 3 horas dependiendo de la disponibilidad. “Se han ido muchos especialista porque no quiere ser cómplices de esto”, señaló el doctor Rafael Peraza.

Médicos, paciente y empleados también tienen que luchar con la inseguridad, pues no es raro que haya robos de vehículos, celulares y otras pertenencias. “A veces se los llevan presos y luego los vuelves a ver ahí porque supuestamente son funcionarios”, denunció Peraza.

Los médicos señalaron que aunque han denunciado la situación ante la gobernación, encargada de la salud en el estado, no ha habido ningún tipo de respuesta. “Lo que tratan es de ocultar la realidad”, indicó Patiño.

Fotos y video: Miguel González

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A pesar de que la memoria y cuenta del ministerio de Salud de 2015 contempla la compra de tres aires acondicionados, sólo hay uno en funcionamiento. CRÓNICA UNO/Miguel González.
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Los baños del hospital están en mal estado. CRÓNICA UNO/Miguel González.
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Por el hospital se pasean perros, gatos y ratones lo que genera insalubridad. CRÓNICA UNO/Miguel González.

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