Los médicos ya no tienen insumos ni  medicamentos para atender a los pacientes. Denunciaron que ni siquiera pueden garantizarle la vida a una persona que llegue con una apendicitis.

Caracas. Para un médico, el día a día en un “hospital de choque” —como se le llama al Periférico de Coche— es una verdadera carrera contra el tiempo, pues no tienen ni siquiera los insumos básicos para atender a un paciente que llegue con una apendicitis.

A este puesto asistencial, si una señora trae a un bebé con posible fractura no hay forma de hacerle una placa de Rayos X.

“Es triste y lamentable, pero lo referimos a otro centro o le decimos que vaya, se haga la placa y regrese. Si es un dolor abdominal lo evaluamos y si está caminando lo dejamos en observación, pero no es posible llevarlo a quirófano si la urgencia no compromete su vida”, dijo un cirujano que este jueves mostró la cruda realidad de ese hospital, líder en casos de traumatología y toxicología.

El Periférico de Coche tampoco tiene capacidad para atender a una persona con emponzoñamiento ofídico o de escorpiones, cuando el hospital se destacaba en la ciudad de Caracas por tener un Centro de Toxicología.

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En el hospital de Coche no tienen Rayos X.

“Estamos recibiendo más que todo a los tiroteados, a personas que lleguen con heridas de armas o lesionados graves producto de un accidente de tránsito. Pero igual no los podemos dejar en la terapia porque no hay médicos intensivistas”, contó el médico.

El consultorio de emergencia no tiene agua. Este es un problema en todo el hospital. Desde el miércoles hasta el domingo los trabajadores, pacientes y familiares la pasan como camellos. De hecho, los hospitalizados llenan un pote cuando tienen agua para poder asearse y lavar los baños.

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Muchos de los baños están clausurados.

“Mi familia trae hasta el cloro para desinfectar el lado donde estoy. Llevo tres meses aquí y no me han podido operar porque se me contaminó la pierna. Aquí no hay antibióticos y el director Gustavo Imeri nos tiene peloteados. Se comprometió con nosotros y dijo que de lunes a martes inicia el plan operativo, pero ahora dicen que van a parar los ascensores ese día. Estamos cansados de tantas promesas, además aquí no dejan que uno declare a los medios, yo no estoy preso ni secuestrado para que no me dejen expresar”, señaló Rodolfo Rodríguez.

La comida de los pacientes es deficiente. Y según contaron los hospitalizados, no les van a dar este viernes, sábado y domingo porque fumigarán la cocina. En el Periférico es habitual ver chiripas y moscas incluso encima de los pacientes.

En iguales condiciones están el hospital de Los Magallanes de Catia, el José María Vargas y el de Lídice, centros donde los trabajadores de la salud han protagonizado protestas durante toda la semana.

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En los centros de salud los pacientes almacenan agua para su aseo personal.

Otra de las denuncias de los médicos es que las morgues están colapsadas: no tienen ventiladores y las cavas están dañadas. En el Vargas y en el Periférico de Catia se descompusieron dos cadáveres esta última semana. Tampoco hay servicio de ambulancias, ni vigilancia.

Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana, hizo un recorrido por este puesto de urgencias e indicó que ellos hicieron todas las diligencias nacionales e internacionales para que se solucione la crisis en el sector. Señaló que aún quieren conversar con la ministra de Salud, Luisana Melo, y con la Defensoría del Pueblo, pues la gente se está muriendo en los hospitales por la escasez de insumos y medicamentos.

“Incluso hemos hablado y llevado un informe al Papa Francisco y pedido su mediación. Pero seguimos con esta crisis humanitaria, pues no  hay reconocimiento por parte de las autoridades de esta grave situación”, destacó.

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En la emergencia a veces lavan a los pacientes con solución porque no hay agua.

Los hospitales caraqueños están paralizados en más de 65 %, de acuerdo con los mismos trabajadores, dado que no cuentan siquiera con reactivos para exámenes de rutina.

Fotos: Mabel Sarmiento Garmendia


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