Hundimiento de la calle Panamericana pone en riesgo a varios sectores de Catia

calle panamericana

Los vecinos denuncian que las autoridades de la Alcaldía de Libertador e Hidrocapital les informaron que no cuentan con el material para realizar la reparación del hueco, el cual ha dejado a toda la comunidad al borde del colapso.

Caracas. No es nuevo que las calles de la parroquia Sucre estén repletas de huecos. Las denuncias sobre el mal estado de las vías se acumulan en las oficinas de la Alcaldía de Caracas, órgano que —desde hace dos años— no presta atención a las fallas estructurales de las vías, de acuerdo con denuncias de los vecinos. Y para muestra lo que ocurrió el pasado 25 de febrero en la calle Panamericana de Catia, donde se abrió un boquete en el que cayó un camión.

Ese tramo ya presentaba un hundimiento profundo y con el peso de los vehículos la capa asfáltica terminó cediendo. Esto ocasionó  rupturas en las tuberías de aguas residuales, las cuales arrastran suciedad y generan malos olores. También el flujo de aguas blancas se ha visto perjudicado, sobre todo el que proviene directamente de las viviendas ubicadas en la calle Ecuador.

“Ya redactamos una carta entre los habitantes y comerciantes para enviarla a los organismos pertinentes. Nos han dicho que la comunidad debe organizarse para recoger los escombros y buscar los materiales porque ellos no tienen. Aquí nadie tiene dinero para eso, trancar el acceso le compete a la Alcaldía de Libertador”, reclamó Héctor Vizcaya, vecino de Catia.

Las aguas discurren a diario por la calle Panamericana, se filtran y ablandan el concreto. A este problema le corresponde ser atendido por Hidrocapital, pero las autoridades se olvidaron de los habitantes del oeste de la ciudad.

El hundimiento también pone en riesgo la tubería de gas directo. Desde el viernes no cuentan con el suministro del servicio.

Las calles de Catia están repletas de huecos, concreto deteriorado y suciedad. Quienes residen en las cercanías, asisten a las escuelas y trabajan en locales comerciales expresaron estar asustados porque en algún momento el pavimento se puede desplomar.

Mónica Placencia, comerciante de la zona, indicó que la vía está muy fracturada, puede terminar hundiéndose y arrastrar todo su local. “Estamos expuestos al peligro. Hemos desalojado nuestro establecimiento debido a que nos asusta quedarnos sin productos, necesitamos ayuda”, demandó.

Alrededor del hueco que “se tragó” un camión, los residentes decidieron de manera conjunta poner escombros y cajas del Clap para trancar el paso. Los caminos vibran cuando las gandolas pasan. Quienes transitan a diario deben cruzar entre rigurosos trechos, con riesgo a caer en cualquier descuido.

“No pasan los carros. Puede ser peligroso que una persona no se dé cuenta y caiga en el hueco”, comentó Vizcaya.

Asimismo, los residentes piensan que la construcción desordenada del programa Misión Vivienda pudo contribuir al socavamiento de la capa asfáltica.

Juan Carlos Gorrín, residente del sector, expresó que el lugar donde se generó el problema es una vía principal de la entrada de Catia y un paso importante de gandolas que vienen del puerto de La Guaira. “Esta no es apta para la irresponsable construcción de edificios de Misión Vivienda. Tengo un comercio que ofrece servicios de reparación de vehículos, por lo que necesito electricidad y agua. Sin embargo, no nos han dicho para cuándo van solventar los inconvenientes”, sostuvo.

La comunidad acordó llevar una carta a las autoridades de Hidrocapital, pero, si no obtienen respuestas a sus demandas, tomarán acciones de protesta para ser escuchados.


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