Al Instituto de Medicina Tropical lo han robado 16 veces en 10 meses

Este fin de semana los ladrones se metieron en la sección de Entomología donde hay colecciones de insectos. Se llevaron una nevera, la balanza, material de oficina y dañaron la puerta. También robaron las computadoras del departamento de Telemedicina.

Caracas. Los trabajadores del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV) ahora salen en grupo, no se quedan solos en las oficinas y procuran no andar con celulares u otros objetos de valor dentro o fuera del edificio. Todas estas medidas son porque sienten que son la sopita del hampa.

En 10 meses, según la directora doctora Belkisyolé Alarcón de Noya, se contabilizan 16 robos dentro de las instalaciones.

En esta oportunidad los ladrones entraron a la sección de Entomología y se llevaron la balanza, una nevera, equipos de oficina y seis gallinas que por lo menos no estaban inoculadas.

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La puerta de Entomología fue derribada por completo.

Abrieron todas las gavetas donde están las colecciones de insectos, principalmente chipos, alacranes y escorpiones.

A ese departamento se metieron por la puerta trasera, la cual despegaron por completo. Se llevaron el material de oficina, el agua potable y hasta la ropa de diario del personal.

“Todo lo dejaron en el suelo. Actuaron con mucha saña. Esto fue vandalismo puro”, dijo una de las trabajadoras, quien con asombro mostró el lugar por donde se presume entraron los ladrones.

“Estoy afuera porque me da miedo estar sola en el laboratorio. Nosotros en temporada de vacaciones nos turnamos para hacerles mantenimiento a los insectos y a los ratones. Pero ya no quiero venir sola. Imagínate todo esto desolado”, dijo la trabajadora.

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También el personal del Biotero fue visitado por el hampa. En ese lugar hay crías de insectos (en su mayoría plagas) que son usadas en ensayos específicos para buscar el control biológico de estos animales. Actualmente, este laboratorio tiene una capacidad instalada para proveer cinco mil larvas quincenalmente. “Con estos ataques cada vez más frecuentes se retrasa el trabajo. Además se llevan equipos que no se pueden reponer de inmediato”, comentaron las investigadoras.

Los ladrones bajan por el cerro entre el Barrio La Charneca y Sierra Maestra para llegar al Edificio Bioterio del Instituto de Medicina Tropical, de la Universidad Central de Venezuela, y donde ya han robado en otras oportunidades. Crónica Uno/Miguel González
Los ladrones bajan por el cerro entre el barrio La Charneca y Sierra Maestra para llegar al edificio Bioterio del Instituto de Medicina Tropical.

De hecho, la doctora Alarcón dijo que aún no se han recuperado del robo ocurrido en marzo pasado, cuando se llevaron más de 25 computadoras con pantallas planas, reventaron con mandarrias las puertas de seguridad, sacaron todas las gavetas, rompieron las pipetas y dejaron en el suelo el laboratorio más económico, por lo menos en el Distrito Capital, que hace las pruebas de toxoplasmosis y chagas.

En esa oportunidad con el robo de las computadoras se perdió la información de los pacientes y sus patologías que tenía más de 20 años.

“Todavía estamos actualizando los datos y tratando de recuperar una copia de la data. Lo otro es que con la crisis actual del país es difícil comprar los equipos. Ni siquiera hemos podido cambiar las puertas dañas. Por eso en voy a pedir un derecho de palabra ante el Consejo Técnico. Hay que buscar una solución lo más pronto posible a esta problemática y más ahora que se acercan las vacaciones”, indicó.

Otro de los departamentos afectados este fin de semana fue el de Telemedicina. De esas oficinas se llevaron computadoras y laptops con las cuales se conectaban con los médicos, principalmente los recién graduados que se encuentran en lugares remotos del país y con poca accesibilidad a la tecnología, y los ayudaban a emitir una segunda opinión.

Los ladrones siempre se han metido al instituto por la parte de atrás, pues colinda con el cerro que hace límites con San Agustín y el Jardín Botánico. De hecho hay un caminito que ya parece una trocha y por donde han quedado los rastros de los hurtos más recientes, como envases de los laboratorios.

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De aquí se llevaron la nevera y hasta cargaron con el agua potable.

Por lo menos las actividades en el instituto no fueron paralizadas, como en otras ocasiones. Los espacios fueron limpiados y se reacomodaron los laboratorios.

Fotos: Miguel Hernández/Mabel Sarmiento


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