El barrio Consejo Comunal La Grama y otros sectores cercanos producen las aguas servidas que caen en un pozo. Al llover, este se convierte en un río. Camioneteros, “jepseros” y motorizados evitan pasar por el lugar cuando esto ocurre.

Caracas. Una calle de la popular parroquia Antímano tiene un intermitente bote de aguas negras que le hace la vida de cuadritos a transeúntes, habitantes, motorizados, vecinos y hasta a los comerciantes. La Calle de Atrás de Antímano, que comunica con la Calle Real de ese sector, es el epicentro de ese desastre.

Del barrio Consejo Comunal La Grama hay un bote de agua negras que forma una “piscina” llena de desperdicios, los cuales se aglomeran en una pequeña alcantarilla que, al taparse, provoca que el agua comience a fluir hacia la calle. Cuando los habitantes tienen el suministro de agua más rápido se forma el río, y si llueve, el desastre es aún peor.

Ese problema tiene así más de cinco años. Ahorita no está el bote en la calle, pero a cada rato se forma un río de agua, dijo una mujer que repara zapatos en un pequeño puesto ubicado en la calle frente a donde se forma la poza de agua contaminada.

Las aguas servidas de los barrios aledaños caen en ese pozo durante todo el día y emanan un fuerte olor.

Para ella, el bote de agua se ha vuelto algo común, y debido a eso la calle en ese sector tiene unos huecos y troneras que dificultan el paso de cualquier vehículo.

“Cuando se bota el agua no sabemos si sacar la lancha, el bote o la canoa para cruzar la calle”, dijo Andreina Ferreira, quien atiende un abasto ubicado al lado de las escaleras que conducen hacia el barrio de donde bajan las aguas negras que se empozan a diario y emanan un fuerte olor, además de contaminar en lugar.

Frente a la alcantarilla, que según Ferreira “se tapa a cada rato”, hay dos conteiner verdes de metal, en los que casi nadie deposita la basura, sino alrededor. Hay desperdicios de todo tipo.

El olor aquí cuando se riega el agua es insoportable. Eso lleva muchísimos años así, y nadie lo repara, detalló la mujer que atiende la bodega.

Varias líneas de camionetas y de jeeps transitan por el lugar. En ese sector está la Jefatura, un complejo deportivo en el que hay canchas de béisbol, baloncesto y futbolito y colinda con varias barriadas.

Vecinos se organizaron y el sábado limpiaron el lugar pero con las lluvias del domingo se volvió a formar el río.

Fotos: Luis Miguel Cáceres


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