Colectivos esperaban con armas de fuego y piedras la marcha en la C1. Por el acompañamiento de la Policía de San Francisco también destituyeron a Danilo Vílchez, su director.

Maracaibo. Los cinco heridos zulianos en manos de un grupo de atacantes que vestían franelas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), acompañados de efectivos de Policía de San Francisco (Polisur) no pasaron por debajo de la mesa. En las redes sociales estallaba una serie de denuncias que culpaban a Omar Prieto, alcalde de San Francisco, por las heridas de bala, perdigones y objetos contundentes que recibieron los manifestantes.

Francisco Arias Cárdenas, gobernador del estado Zulia, solicitó a Nestor Reverol, ministro de Interior y Justicia, que se investigara la emboscada apostada en el puente Perijá, ubicado en la Circunvalación 1, que esperaba el paso de la marcha hasta el Puente sobre el lago.

El resultado: una intervención a Polisur, el organismo de seguridad controlado por la Alcaldía de San Francisco y la destitución y detención de Danilo Vílchez, su directivo. “Por la mala práctica policial en Zulia se ordenó la intervención de Polisur”, dijo Reverol en entrevista con VTV.

La autoridad municipal de San Francisco lanzó una amenaza en una alocución este miércoles. Anunció la creación de una plataforma comunicacional comandada por Polisur en caso de que los protestantes decidieran atravesar San Francisco: “Aquí no van a quemar ni un caucho. Unos demonios que vienen de allá endemoniados, ya saben que tienen un muro. Yo me imagino que ahora van a empezar a decir ‘dictador’, ‘asesino’”.

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Los heridos

No hubo muertos. A pesar de que Pedro Luis Medina, estudiante de ingeniería civil de 19 años, tuvo que ser sometido a una operación de emergencia luego de que una bala impactara en su espalda, dejándolo en un estado “delicado”. Tras una intervención, el joven se mantuvo en condiciones estables. Arias Cárdenas designó a Richard Hill, secretario de Salud de la Gobernación, para velar por el tratamiento de los afectados por el grupo armado en distintos centros de salud de Maracaibo.

El caso del padre José Palmar, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en San Francisco fue uno de los más destacados. El sacerdote habría funcionado como escudo entre los estudiantes y los atacantes. Posteriormente, efectivos encapuchados de Polisur lo subieron a uno de sus vehículos. María Palmar, su hermana, rememora que en la ruta hasta el hospital Noriega Trigo, un hombre con pasamontañas golpeó reiteradas veces al padre en la cabeza y abdomen con puños cerrados.

Durante la protesta, asegura, los colectivos le halaron el cabello y brazos y la golpearon, mientras intentaba proteger a su hermano junto con su hija. “Lo peor es que fue por mandato de los mismos policías. ¿En dónde denunciamos? ¿quién va a hacer algo por nosotros?”, cuestionó la mujer entre lágrimas y con moretones en los brazos.

Foto: Cortesía Voluntad Popular


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