Desde hace unos 15 años, Iván Naranjo estudia, investiga y escribe la historia del pueblo que lo vio nacer. Su mayor compromiso es luchar por recuperar los linderos originales del municipio El Hatillo, que actualmente están bajo el dominio de Baruta.

Caracas. Nacer, crecer y vivir en El Hatillo es un privilegio del que pocos disfrutamos, es estar en Caracas sin perder el sentimiento de pueblo y de comunidad que caracteriza a los lugares pequeños. Si a eso le agregamos la historia y el significado familiar, se vuelve una experiencia aún más increíble.

Con estas palabras, Isabella Level Naranjo se refiere a la importancia de reconocerse hatillana y recibir de primera mano la historia de El Hatillo. Ella y sus hermanos crecieron rodeados de cuentos, vivencias, hechos pasados y presentes relatados por su abuelo, Iván Naranjo, conocido por todos como el cronista natural del pueblo.

“Descendiente con orgullo de los fundadores de El Hatillo”, Naranjo se dedica desde hace 15 años a investigar, estudiar, reconstruir y escribir la historia del pueblo que lo vio nacer. Labor que realiza con mucha pasión y por compromiso con sus hijos y nietos.

Propios y visitantes acuden a Naranjo para conocer quiénes fueron los aborígenes que estaban en el territorio a la llegada de los españoles, la fundación del pueblo en 1784 por parte de Baltazar de León, la construcción de la iglesia de Santa Rosalía de Palermo, la arquitectura, gastronomía, en qué consistió el proceso para la elevación a municipio autónomo —que se materializó en 1992— entre otras cosas.

En su pequeña oficina, ubicada en su residencia, Iván tiene documentos, mapas, objetos de la época colonial, atiende a estudiantes de todos los niveles educativos y visitantes que desean conocer cómo se fundó el pueblo.

Su labor formativa es apoyada por sus familiares, todos artesanos; destacan su esposa, Carmen Elena Requena, y sus hijos, Iván Rafael Naranjo y Yosairna Elena. Su nieta, Isabella, afirma que “conocer de dónde venimos siempre es importante. Nos muestra lo que queremos repetir o evitar, nos permite abrirnos al futuro con la mente abierta, aceptando el progreso y abrazando el pasado y la tradición sin perder de vista hacia dónde nos dirigimos”.

Mercedes Fermín, nacida en Caracas, con 50 años viviendo en ese municipio que se diferencia de los otros por su arquitectura colonial, gastronomía, clima y paisaje montañoso —y quien se define como “hatillana de corazón”— aplaude el trabajo de Iván Naranjo a quien llama el “cronista sentimental”.

José Gregorio Hernández no fue canonizado por el Vaticano, pero sí por la gente. Así nos pasa con el señor Iván, él conoce a la perfección cada uno de los rincones del municipio. A su casa van pedirle información y con gusto cuenta la historia de El Hatillo, su mayor lucha ha sido la recuperación de los linderos, lo que él logre es el logro de todos nosotros.

Naranjo es uno de los habitantes del municipio que encabeza las gestiones en distintos entes públicos por la restitución de los linderos originales del municipio tal y como están establecidos en el acta fundacional del pueblo, de fecha 12 de junio de 1784, pues actualmente tiene 81 kilómetros cuadrados, cuando debería tener aproximadamente 114.

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Video: Norma Rivas


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