La abstención también pegó en los bastiones del chavismo en Caracas

Maduro perdió votos en parroquias emblemáticas como 23 de Enero, Antímano, Macarao, El Valle, Sucre, Catedral, entre otras. La situación económica provocó un deslave en las bases del PSUV.

Caracas. No logramos la meta y lo que vi el domingo 20 de mayo fue que la gente salió fue a escanear el carnet de la Patria. Había más gente en esos puntos que en los centros electorales. Uno habla con los vecinos ahora y no puede rebatirlos, también estamos afectados por la crisis, tampoco podemos comprar un cartón de huevos que cuesta casi dos millones de bolívares, explicó Hugó Cáceres, integrante de una Unidad de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh) de la zona, que pidió que se usara un nombre ficticio, por temor a represalias.

El relato de Cáceres se refleja en los resultados. El Distrito Capital fue la séptima entidad con mayor abstención durante las cuestionadas elecciones presidenciales del 20 de mayo.

En los comicios de hace 5 años, en la capital del país votaron 1.275.758 personas y la abstención fue de apenas 20,71 %. El pasado domingo solamente votaron 757.649 electores, es decir, 518.109 votantes menos que hace cinco años —a pesar de que el Registro Electoral se incrementó—  lo que elevó el ausentismo en las mesas a 55,35 %.

La abstención impactó también en el número de votos que obtuvo el candidato a la reelección. En 2013, el aspirante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) consiguió 651.062 votos, mientras que para 2018 solo logró 522.012, una merma de 129.050 sufragios.        

María Merchán siempre había estado “rodilla en tierra por la revolución”, pues a su hija damnificada de La Pedrera el presidente fallecido Hugo Chávez le dio apartamento, pero esta vez decidió no votar y no tuvo temor en decir que se abstuvo en este proceso. Ellos viven bien y uno pasando hambre. Esperando la caja, haciendo cola por todo. Este gobierno de Maduro no lo está haciendo bien. Eso no fue lo que Chávez le encomendó. Sumó a sus problemas que no hay transporte, que no puede ir a sus chequeos médicos y que no puede sacar plata del cajero.A mí me vinieron a buscar, les dije que iba en un rato y me hice la loca.

Merchán es una de los 10.602 electores que perdió Maduro en la parroquia Antímano entre 2013 y 2018, uno de los bastiones del chavismo. La merma representa casi 20 % de los sufragios que obtuvo el candidato hace 5 años. Un fenómeno similar ocurrió en otras parroquias “duras del PSUV”, como El Valle. En esta zona Maduro perdió 6451 votos, que equivalen a una caída de 12,19 % de los sufragios que obtuvo el partido de gobierno hace 5 años.

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Lo mismo ocurrió en otras parroquias en las que el chavismo siempre obtiene victorias cómodas. Solamente en la parroquia Sucre, donde se encuentra Catia, el chavismo tuvo 36.321 sufragios (26,26 %) menos de los votos que obtuvo el Gobierno hace 5 años en ese sector

Eso fue lo que marcó la diferencia, la profunda crisis social. En la campaña el Presidente dijo que lo reeligiéramos para él poder arreglar la economía, y en El Valle hay sectores donde hay personas desnutridas, niños enfermos que no van a la escuela, hombres sin trabajo. ¿Cómo los convencías para que salieran a votar, cómo le decías a alguien que vive en el barrio El 70 que pagara 10.000 bolívares en transporte para que fuera a su centro a votar? Hoy la realidad no es la misma, dijo Cáceres, a quien se le notó pesar por los tiempos que le toca vivir.

La abstención tocó incluso a la simbólica parroquia del 23 de Enero. En esta zona, el PSUV recibió 8504 votos menos, que representan 23,24 % de los sufragios que logró en 2013. Algo similar ocurrió en Macarao, lugar donde el chavismo tuvo un descenso de 16,8%% (4291 sufragios) respecto a 2013. En la parroquia Catedral la pérdida fue de 838 votos (10,73 %) y en San Agustín de 747 (4,92 %).

Lectura de un deslave

De acuerdo con los testimonios, hay un descontento visible, los vecinos están cansados de pasar roncha por todo, de que la crisis los devore y no haya solución a corto plazo.

La gente no puede cubrir las necesidades básicas, ni pagar servicios. Y eso nunca lo habíamos vivido, expresó José Jiménez, quien fuera miembro de la Dirección Parroquial del PSUV de la parroquia Santa Teresa. Aquí lo que vimos el domingo es que hubo dos millones de personas que votaron en contra del Gobierno, cansados de la crisis, una crisis que la ha hecho ver en estos últimos cuatro años como parte de una guerra, cuando realmente lo que hay es una profunda desigualdad y los que se hacen llamar revolucionarios no ven el sufrimiento de la población.

Jiménez destacó que durante todo el día en zonas como el 23 de Enero y Santa Teresa, por citar dos parroquias que tenían votos duros, y centros electorales muy grandes como la Miguel Antonio Caro y el Francisco Pimentel, no hubo participación en masa. Los oficialistas comenzaron la operación remate a las 11:00 a. m., algo que nunca había visto y no lograron remontar.

Ahora, lo que pidió, es que el Gobierno rectifique si quiere seguir en el poder.

Dos millones votaron por Falcón y Bertucci y 12 millones se abstuvieron. Esa es la abstención más alta de la historia en un proceso presidencial. Ahora bien, desde mi punto de vista la poca participación lo que demuestra es la poca credibilidad en el Consejo Nacional Electoral, además está la hiperinflación y el discurso desgastado tanto de la oposición como del oficialismo. Eso ha generado mucha presión social que no ha producido un estallido social, simplemente porque el pueblo no quiere poner los muertos como sucedió cuando ‘el Caracazo’. La gente tiene miedo de perder la vida de esa forma porque la represión del Estado es excesiva. La ha usado hasta con las protestas que llegan al Seguro Social, donde les han mandado los colectivos a los viejitos. Aquí se ha criminalizado la protesta ciudadana, que es un derecho.

Jiménez, en su análisis de por qué se perdieron los bastiones chavistas, dejó colar posturas que se están discutiendo en las bases del partido oficialista.

No es que esos 6 millones que votaron por Maduro estén contentos. A lo interno se está analizando un plazo de cinco meses. Él ofreció resolver la crisis si lo reelegían y va a tener que hacerlo, de lo contrario, le van a retirar el apoyo. Él generó esa expectativa en su campaña y la gente espera que dé la talla. Está sentado prácticamente en un barril de pólvora con una mecha muy corta. A Chávez sus bases nunca le dieron un ultimátum. Si el Gobierno no resuelve, las protestas se van a intensificar.

Si bien hace críticas al Gobierno, también a la oposición que no ha sabido capitalizar, ni darle la lectura al descontento del venezolano. Maduro ganó y nadie reaccionó. Cuando Chávez lo hizo yo recorrí las 22 parroquias y la gente estaba celebrando en las calles. Esta vez hubo silencio en las zonas populares, nada más celebraron en Miraflores.

Ahora, comentó, lo que viene es un proceso en el que ambos bandos políticos reflexionen y abran espacios para la tolerancia y una transición en paz. Pues no queremos una guerra civil como la que se vive en Siria. Yo no quiero reconstruir mi país sobre cadáveres.

Para Jiménez, la lectura política es que al pueblo humilde se le pidió mucho, pero usando una política clientelar y populista, otra cosa hubiese sido que se le explicara que tiene derecho a comprar la comida que deseara y no a que espere una caja. “Simplemente, lo que hicieron fue aumentar su crisis”.

Juan Segarra, líder oficialista de Petare, y quien apoyó el proceso comicial, coincidió con Jiménez respecto a que están analizando las bases. En su caso, habló de siete meses: “Si no arregla esto, lo sacamos”.

Infografía: Milfri Pérez

Foto: Luis Miguel Cáceres


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