“La adicción es una lucha para toda la vida”

José Mejía inició el consumo de drogas hace cinco años. Tiene 14 meses en rehabilitación y solo espera que sus “amigos” de esa época también se puedan recuperar

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. Es viernes por la tarde y José Mejía ya está preparado para asistir, como en los últimos 14 meses, a la reunión de grupo que hacen semanalmente en el Hogar Vida Nueva (Hovin), una fundación sin fines de lucro que ofrece tratamiento y rehabilitación a personas que se encuentren en el consumo indebido de las drogas.

En un principio, el muchacho de 20 años, no se mostró seguro de hablar de su experiencia con las drogas, pero poco a poco se soltó, pues ya no tiene nada que esconder y su proceso puede ser de ayuda para muchos jóvenes. Contó que le agradece a Dios porque pudo rescatar su vida a tiempo, pero antes tuvo que perderlo todo para darse cuenta.

Comenzó a consumir a los  15 años, primero probó la marihuana y luego todo tipo de drogas. “Empecé por curiosidad, busqué dónde lo vendían. En un principio era un consumo casual, luego era los fines de semana, después era siempre”.

José se drogaba para escapar de los problemas que se vivían en su casa. Llegó un punto en el que la plata no le alcanzaba para nada y fue allí donde decidió probar como vendedor. “Cuando mi familia se enteró se decepcionó, tenían miedo de que cayera preso o algo peor”.

Precisamente fueron sus padres quienes lo llevaron a Hovin, a pesar de que en un principio pensó que no necesitaba ayuda de nadie, ya que no se consideraba un adicto.

“Pensé que no necesitaba ayuda, refutaba al doctor, no me veía como un adicto pero aquí nada es obligado. El primer día buscan llamarte la atención y luego eres tú quien decide si sigues o no”.

Lo perdí todo                                   

José se arrepiente de muchas cosas que lo llevaron al consumo, porque dejó los estudios en su adolescencia. Ahora estudia Arquitectura.

“Antes era deportista y perdí todo eso. No tenía novia, mi novia eran las drogas, las fiestas. Todo giraba en torno al vicio, mis amistades, todo”.

Próximo a terminar la rehabilitación se siente feliz de lo que ha logrado hasta ahora y del cambio que ha ocurrido en su vida, pues sus amistades han cambiado y procura no frecuentar los lugares a los que antes iba. Ahora quiere ayudar a otros a salir de las drogas con su testimonio.

“En ese mundo tú no tienes amigos, algunos están muertos, pero a los demás les recomendaría esta institución. Yo antes no creía en la rehabilitación pero aquí son profesionales y no te obligan a hacer las cosas. La adicción es una enfermedad y es una lucha para toda la vida”, sentenció.

Actualmente las cosas en su casa se han calmado y espera volver a ganarse la confianza de sus padres, y cada día mejorar la relación con ellos que tanto se fracturó cuando inició en la adicción.

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