El lunes fueron asaltados estudiantes de las dos sedes de Puerto Ordaz de la UNEG: unos en la mañana y otros en la tarde. No fue algo fuera de lo común: al menos una vez por semana, según denuncian los alumnos, ocurre lo mismo.

Ciudad Guayana. Hasta hace algunos años, ya con los índices de delincuencia que llevaron al conglomerado integrado por Puerto Ordaz y San Félix a convertirse en una de las 10 ciudades más violentas del mundo (según los informes de la asociación civil Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, con sede en México), los estudiantes de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG) todavía podían estar por los campus de la institución durante el día sin temor a ser asaltados.

Lo que hasta entonces padecían, en primer lugar, eran los hurtos. Como asunto de una vez al mes, el hampa visitaba salones o laboratorios para cargar aires acondicionados, computadoras, cocinas o comida.

Lo segundo eran los atracos en las cercanías de las dos sedes (la de Villa Asia y la de la avenida Atlántico, ambas en Puerto Ordaz): de día y, especialmente, de noche, las amenazas con armas de fuego o armas blancas eran norma en la institución.

Luego se hicieron rutinarios los asaltos a los salones en las horas nocturnas. Hasta que, en este año, los estudiantes sufren un  nuevo extremo: los asaltos durante el día y a la vista de todos.

Este lunes fue un ejemplo. En la mañana hubo un asalto en la sede de Villa Asia. En la noche, otro en la de la avenida Atlántico. Ocurre en una de las instituciones más importantes de la zona.

Sin saber a quién acudir

Esta situación nos quita esas ganas de ir a la universidad (…) no podemos traer las laptops o teléfonos por el riesgo que corremos. Los robos también son en los autobuses, se monta cualquiera y no se le pide carnet. El último robo fue después de las 6:00 de la tarde, ya que eliminaron esa ruta y la última que sale es a las 8:00 de la noche”, expresó a los medios de comunicación Aliana Montore, estudiante de Banca y Finanzas de la universidad.

Ernesto Barrera, dirigente estudiantil, exigió al rectorado que se aboque a resolver la situación: “Queremos que nos pongan vigilancia fija o hablar con los medios competentes de la seguridad del Estado”.

La delincuencia no es el único dolor de cabeza de los estudiantes y de los profesores. Barrera alerta, además, que las fallas de servicios básicos (principalmente el agua) no solo los incomoda sino que también amenaza el comienzo del próximo semestre.

Foto: Cortesía William Urdaneta / Correo del Caroní


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