Quienes frecuentan el lugar, ubicado en la avenida Sucre, se quejaron de que ahora no pueden salir ni para recrearse, mientras que deportistas prefieren ir en grupo por su seguridad

Shaylim Castro/@ShayC_
Yohana Marra/@yohanamarra

Caracas. Clases de bailoterapia, talleres y hasta un liceo ofrece en sus instalaciones el  Parque de Recreación Alí Primera, mejor conocido como Parque del Oeste. Esto sin contar con las caminererías y canchas para deportistas.

Pero a pesar de las bondades que tiene sus visitantes deben pensarlo dos veces antes de ir, por la inseguridad que azota a la avenida Sucre que salpica al parque.

Joesy Vegas frecuenta el lugar, ya que su hija va a los talleres de la temporada vacacional. Pensaba dejarla ir sola hasta que se enteró que la semana pasada robaron a una pareja. “El chamo salió corriendo para buscar la cobija que fue lo único que no le robaron. Debería haber más seguridad, que estén pendiente de las personas que entran y salen. Ya uno no va a poder ni recrearse”.

Ahora la señora Joesy dejó de insistirle a su hija, de 15 años, para que estudiara en el liceo Miguel  Antonio Caro, ubicado dentro del parque, por miedo a que algo suceda.

“La iba a inscribir en el liceo y ahora no quiere que la meta por lo que pasó”, soltó. Para ella el parque era seguro y quería que su muchacha se la pasara ahí para que hiciera sus tareas, pero ahora no se muestra convencida de que eso suceda, y prefiere acompañarla a los talleres sin dar una vueltica por el parque.

Otras personas consultadas en el recorrido de Crónica.Uno prefieren no frecuentar el parque o solo hacerlo durante el mediodía, como Susana y Claudia Silva, que se estaban preparando para comenzar a trotar.

Aunque no han tenido ninguna experiencia prefieren mantenerse alerta. Contaron que los robos en la avenida se ha vuelto algo normal, en su mayoría por parejas de motorizados armados que se la pasan arrebatando los celulares y carteras a los transeúntes.

Susana recordó que hace pocas semanas en plena avenida le cayeron a golpes a un chamo para robarle el celular, por eso optaron por no sacar el teléfono ni dentro ni fuera del parque y solo ir en la mañana.

Pero Yeisibí Terán no tuvo la misma suerte y el jueves de la semana pasada se llevó tremendo susto, cuando se encontraba con su primo hacia el lado donde queda la autopista

“Comenzamos a calentar y de repente vimos dos chamos que se estaban a acercando a nosotros, no sé si estaban armados porque comenzamos a trotar para alejarnos y de ahí ellos se fueron para otro lado, luego los vimos dando vueltas por el parque”.

Para ella las cosas mejorarían en algo si en la entrada pusieran un detector de metal o revisaran a las personas, ya que a las instalaciones “puede pasar cualquiera” y no se sabe si están armados.

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Deportistas prefieren ir en grupo, por seguridad. Crónica.Uno/Cristian Hernández

Sin vigilancia 

Deportistas y visitantes se quejaron de no contar con una presencia policial permanente en los alrededores del parque, solo cuentan con el personal de Inparques pero que si algo sucede “¿qué pueden hacer ellos si no están armados?”

Frank Torres expresó que ha visto como a veces hay que chamos que entran al parque saltando las rejas del lado que da para la autopista, una zona que para él es la más sola y supone que es el sitio por donde los ladrones se pueden escapar después de un robo.

En vista de esto, aquellos que utilizan las instalaciones del parque han tenido que buscarle la vuelta para no ser víctimas del hampa.

Muchos prefieren hacer ejercicios en grupos de amigos o donde vean más personas, usar los mismos sitios para recrearse e intentar en lo posible, no pasar por los lugares que se encuentren solos.

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En las instalaciones no hay vigilancia permanente. Crónica.Uno /Cristian Hernández
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La gente confesó que no se siente segura mientras está en las instalaciones del parque. Al salir también van asustados. Crónica.Uno/Cristian Hernández

Fotos: Cristian Hernández


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