La pobreza tiene cara de madre adolescente

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Un estudio realizado en dos hospitales y dos clínicas revela que 25 % de los partos de jóvenes entre 10 y 19 años de edad ocurren en centros de salud públicos, mientras que solo 1,5 % se registran en los privados.

Caracas. La última vez que el Gobierno mantuvo la transparencia para publicar la realidad del embarazo adolescente fue en 2012. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ese año que 143.491 mujeres entre 10 y 19 años de edad se volvieron madres, de las cuales 7.452 comprendían el grupo etario de 10 y 14 años (22 %).

Desde entonces, la tasa de fecundidad en el país disminuyó de 5 mujeres por cada 1.000 nacimientos a 2,5 entre mujeres veinteañeras, pero el porcentaje de madres adolescentes continúa igual.

El médico pediatra, José Francisco, realizó un estudio en cuatro centros de salud  —dos públicos y dos privados— en donde se demuestra que la bomba demográfica persiste.

Francisco evalúo 11.596 hojas de partos de las instituciones médicas, de las cuales 9.310 eran de las públicas y 2.286 pertenecían a las privadas. Ese año, uno de cuatro partos era de una madre adolescente. En total, 2.403 nacimientos fueron mujeres entre 10 y 19 años de edad: 2.430 de hospitales y 35 clínicas. De los cuales 94 eran jóvenes menores de 15 años.

De cada 100 nacimientos de madres adolescentes, 95 % provienen de comunidades de escasos recursos. Mientras 25,8 % de los partos en hospitales eran de adolescentes, en el sector privado estos nacimientos representaron 1,5 %. “Es difícil creer que esta tendencia se debe a la abstinencia. La diferencia hay que encontrarla en conocer cómo viven quienes usan los hospitales. Hay más limitaciones económicas, menos acceso a la información, menos servicios públicos ni capacidad económica para comprar preservativos”, precisa el especialista.

En uno de los hospitales también se evaluó los abortos en proceso: 2.403 adolescentes tuvieron que hacerse un raspado uterino, de las cuales 4% tenía entre 10 a 14 años de edad; 24% tenían 15 y 16 años edad y 72% entre 17 y 19 años de edad.

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En Venezuela, el embarazo adolescente avanza más que los conocimientos sobre salud sexual. En la educación formal, la sexualidad se dicta en los objetivos 5 y 6 dentro de la materia de Educación para la Salud en el segundo año de secundaria. El libro para ese grado, llamado Vida y salud integral, de la Colección Bicentenario, empieza los 3 primeros objetivos enseñando las partes del cuerpo masculino y femenino, y las tendencias sexuales. Luego se lee: “El embarazo adolescente: un problema público”. Queda a criterio del profesor si sigue tocando este tema en clase.

Hay una tradición cultural del valor de ser madre que establece que cuando una muchacha tiene un hijo “se gradúa de mamá” y entra a una categoría social en el barrio donde, en teoría, obtiene ayudas económicas del Gobierno; la realidad dista mucho de esa percepción. Los hombres en ese aspecto no corren riesgo. Si un joven embaraza a varias no pasa nada. Algunos casos están ligados a la violencia y esos factores afectan los proyectos de vida. Al no tenerlos se hace fácil ser mamá, explica el médico.

La quinta Meta del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas, que tenía que ser superada para 2015, era evitar el embarazo adolescente. En 2009, se hizo una línea estratégica curricular para la educación sexual entre el Gobierno y el Fondo de Población de las Naciones Unidas para trabajar en las aulas el tema de la sexualidad según las capacidades cognitivas de los niños, pero no se aplicó. La deuda aún persiste.

Foto referencial: Jota Díaz


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