El 23 de enero los alrededores de Miraflores estuvieron desolados. Dos días después militantes llegan graneados al lugar indagando sobre el evento. A unos les dicen que se hará por parroquia, algunos creen que por movimiento, otros piensan que se turnarán por horas. Lo cierto del caso es que este viernes, durante todo el día, quienes estaban en el sector no pasaban de 30 personas.

Caracas. Una vigilia para defender a Nicolás Maduro y la “libertad”. Eso fue lo que ordenó Diosdado Cabello, líder oficialista de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el pasado 23 de enero. Sin embargo, eso aún no se materializa. La vigilia no agarra fuerza.

“Vénganse para Miraflores que aquí los esperamos. Aquí van a encontrar a un pueblo rebelde diciéndoles que no volverán”. Ese día, les recomendó a los seguidores del oficialismo que se fueran disciplinadamente hacia el Palacio Presidencial.

No obstante, muchos, cansados por la jornada, se veían desorientados. No les dieron almuerzo ni refrigerio. Más bien a los empleados públicos les informaron que tomaran sus previsiones y comieran antes de salir de las oficinas.

De modo que la bandada empezó a retirarse. Se les vio caminando por las avenidas Baralt y Universidad rumbo al Metro de Caracas. Atrás quedaban las palabras de Cabello.

Ese día no hubo vigilia. La avenida Urdaneta estaba desolada, mientras en la ciudad retumbaban las cacerolas y se extendían las protestas, iniciadas el lunes 22 de enero en Cotiza.

Dos días después, como no hicieron bulto, la estrategia es hacer el evento por parroquias a partir de las 6:00 p. m. Este viernes, informó una trabajadora de la Alcaldía de Caracas, toca a Antímano y El Recreo. También están convocando a la plaza Bolívar de Guarenas a toda la juventud del partido.

Cada quien con su versión

—¿Sabes qué pasó con la vigilia?

—Eso tienes que preguntárselo al coordinador de tu parroquia. Esa información ya se bajó.

Esa conversación se dio este viernes 25 de enero justo en la barricada metálica que separa el cruce de la avenida Urdaneta de la avenida Norte 8. En ese punto, un grupo de oficialistas pasó la mañana esperando órdenes.

No eran más de 30. Se mezclaban con los funcionarios de seguridad que sí abarcaban más espacios con las camionetas desde donde mostraban armas largas.

En los alrededores muy poca información había sobre la vigilia.

“Hoy nos toca a nosotros, la juventud del partido. A partir de las 6:00 p. m. tenemos que estar ahí”, contó un muchacho que esperaba frente a la iglesia Santa Capilla.

“Por ahí pasaron unos audios de alzamiento en Maracay, por eso tenemos que ir a Miraflores”, dijo la mujer que lo acompañaba.

A pocos metros, un señor con una franela cantaba: “No quiero Clap, no quiero bono, lo que quiero es que se quede Maduro”.

No obtuvo vítores ni aplausos. Siguió su camino directo a la plaza, donde se empezarían a concentrar varios grupos. “Vente con Inamujer, ya nosotras vamos para la vigilia”, dijo otra de las seguidoras.

Más allá, nadie hablaba del tema, el llamado de Cabello pasó por debajo de la mesa, pues el oficialismo no logró hacer efectiva la convocatoria.

De nuevo se deshoja la margarita. No hay músculo popular respaldando las órdenes del oficialismo. Aunque desde la plana mayor del Ejecutivo el espaldarazo ha sido contundente.

“Del barrio muy pocos se van a movilizar y menos con este tema de transporte”, comentó Ana Castro, líder de una UBCh de Catedral. “Vendremos los líderes, únicamente”.


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