Estudiantes de varias carreras se unieron y van a los barrios a prestar jornadas de atención médica asistencial. También dan asesorías sobre cómo mejorar las estructuras de las viviendas.

Caracas. Siempre se ha cuestionado la poca integración que existe entre las universidades y las comunidades. Y es porque lo que más se visualiza en lo público de las casas de estudio son los conflictos por el presupuesto, los problemas con el comedor y las huelgas; mientras que de parte de las comunidades los vecinos piensan, quizá por sus condiciones menos favorecidas, que no tienen cabida dentro del desarrollo de la academia.

Pero esos mitos están derribándose con el trabajo que hacen las Brigadas Azules, un grupo de amigos y estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, que se unió para realizar labores sociales.

Alejandro González, directivo de las brigadas y de profesión Abogado, explicó que en 2011 bachilleres de varias escuelas como Derecho, Sociopolítica, Medicina y Odontología estaban ansiosos con lo que ocurría en el ámbito nacional.

Veíamos que hacía falta más integración con los barrios populares, y pensamos en ese momento que era algo novedoso unir a la universidad con las personas de esos sectores, pero sin intermediarios. Queríamos desarrollar un proyecto que apostara al cambio, y bueno empezamos por comprar unos insumos médicos. Posteriormente, hicimos contacto con líderes comunitarios de la parroquia Coche, dijo.

Acordaron realizar el 13 de noviembre de 2011 en esa parroquia una jornada médico asistencial. Los vecinos les prestaron una cancha y allí se instalaron con un stand.

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Estudiantes de la UCV hacen voluntariado en las comunidades

Ese día atendimos a 48 personas, claro está hasta donde los conocimientos de pregrado en cada área lo permitían. Hicimos atención de medicina general, despistaje de hipertensión arterial, de diabetes, chequeo odontológico. Luego lo volvimos a intentar dos meses después y viendo los resultados, decidimos que no podía ser algo de rutina, sino que debía oficializarse el proyecto. Por eso creamos las Brigadas Azules, como una forma de acercarnos a la gente de los barrios y ofrecerles nuestros servicios profesionales, relató.

A la fecha, el proyecto cuenta con 25 voluntarios constantes y en cinco años se contabilizan 150 colaboradores.

Y lo mejor de todo es que ya no solo participan estudiantes. Ahora hay profesionales apegados al trabajo comunitario, como es el caso de Alejandro. “Me inicié en esto, me enamoré del proyecto y me quedé”, contó.

En este transcurrir 12 comunidades en la Gran Caracas, Miranda y Varga han sido beneficiadas con las jornadas. La más reciente fue el 20 de febrero en el sector Ojo de Agua, municipio Baruta. También han llegado hasta Birongo en Barlovento, a la comunidad Santa Rosa en el parque El Ávila y a la Acequia en Antímano.

El método de financiamiento, en principio, salió de la organización de fiestas. “Con ese dinero nos alcanzaba para comprar los insumos médicos. Ahora algunos privados nos ayudan con donaciones”.

Pero como el barrio da para todo y necesita de todo, las jornadas de las Brigadas no se quedaron solo en la asistencia médica. Los bachilleres agregaron talleres de lectura para propiciar el pensamiento crítico, y los encuentros para fomentar los valores ciudadanos.

También crearon el proyecto Prohudi, dedicado a la defensa y conocimiento de los Derechos Humanos, e involucraron a los estudiantes de Ingeniería Civil, quienes elaboraron un formato para hacer diagnósticos de cada una de las casas de las comunidades abordadas.

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Cada trimestre organizan visitas

González explicó que la idea es dar consejos respecto a las fallas estructurales de las viviendas, cómo enmendarlas e incluso les ayudan a conseguir materiales para renovar espacios como las escaleras comunes.

Lo más lejos que han llegado con este proyecto es cuando ocurrió la tragedia de Amuay en 2002, estado Falcón. En esa oportunidad recolectaron cinco toneladas de insumos y los llevaron directamente a los afectados.

“Este es un proyecto muy bonito. Mira, uno ve al barrio como una estructura desorganizada con muchos problemas, pero esto nos ha demostrado que sí podemos trabajar de la mano con ellos. Eso sí, en las Brigadas Azules dejamos la política de un lado, aquí entran chavistas y opositores pero en el primer momento en que veamos una bandera política se suspende nuestra participación en el barrio. Nosotros respetamos los ideales y sus condiciones, pues trabajamos en sus casas y en sus espacios, pero nos importa solo lo social. Esa forma nos ha dado buenos frutos y queremos seguir así”, apuntó.

Actualmente este grupo de voluntarios recibe ayudas puntuales de las universidades Católica Andrés Bello y Metropolitana. “La idea es mantenernos firmes con nuestro propósito inicial, llevar la universidad al barrio”.

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Brigadas Azules haciendo atención en los barrios

Cada trimestre, como mínimo, organizan una jornada. En casi seis años han beneficiado a 2500 personas.

Para contactar a las Brigadas Azules: brigadasazules.ong@gmail.com, @brigadasazules. Por Facebook e Instagram tienen el mismo usuario.


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