Los usuarios desconocen el porqué de la escasez que se ha convertido en sinónimo de largas colas en Puerto Ordaz y en San Félix.

Ciudad Guayana. El trabajador de la gasolinera no quiso hablar. Escrutó con recelo el carnet de periodista y se negó a dar su nombre. Quizá por miedo a los guardias nacionales que ahora vigilan y ordenan. Y a veces, según las denuncias de no pocos usuarios, cobran: 5000 bolívares y no haces cola. Ganar y ganar.

De repente, el hombre se suelta mientras atiende a un cliente y pronuncia su escueta teoría: “Las gandolas no están viniendo constantemente. La que llegó, llegó. ¿Trajo 91? Es lo que trajo. ¿Trajo 95? Es lo que trajo y ya. ¿Que por qué hay escasez? Eso no lo sabemos nosotros”.

Lo cierto es que todas las estaciones de servicio de Ciudad Guayana están en lo mismo: rodeadas de colas de carros. O no todas: las pocas en las que hay gasolina.

¿Qué ha ocurrido? Nadie lo sabe. Hace un par de semanas, cuando las colas se apostaron en las gasolineras, el presidente de Sidor y candidato a gobernador de Bolívar por el Partido Socialista Unido de Venezuela, Justo Noguera, prometió la solución definitiva para el problema: 3,9 millones de litros de gasolina y de diesel, que llegarían como parte de un convenio entre la siderúrgica y Petróleos de Venezuela.

Noguera anunció la llegada de las gandolas. Pero hasta allí. A los pocos días, las colas se instalaron nuevamente en la ciudad.

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Ni una respuesta

Los vaivenes de Noguera poco importaban a quienes hacían la cola. Porque solo les preocupaba una cosa: recargar y seguir el camino. El camino que, por la escasez, se retrasó una hora. O dos. O tres.

Tenemos como una hora en la cola. Aquí en esta bomba por lo menos hay más orden, pero necesito la gasolina. Yo puedo trabajar hasta las 2 de la tarde nada más, y al día dejo de percibir como 80.000, dice Luis Infante en frente del volante de su autobús, con el que cubre rutas de transporte urbano.

El presidente de la Asociación de Gasolineros de Guayana, Pedro Calcaño, sostiene una teoría las “recargas nerviosas” son la causa de las colas. No sabemos nada. En el caso mío, estoy recibiendo las dos gandolas que se programan y pido. Pero la gente no cree que esa situación se va aliviar y veo a mucha gente llenando para guardar en la casa.

Pero eso resulta difícil: en las estaciones, la guardia prohíbe llenar bidones. Alexis Bejarano, mientras empujaba su carro hacia la estación de servicio Villa América, repetía: No hay producción. Si nosotros tuviésemos producción, esto no estuviera pasando. Y sabes que no hay producción porque ves es puro 91.

Por cierto, después de una hora y media de cola, no pudo recargar: el bombero receloso salió de la estación para informarles a quienes estaban en la cola que se había terminado la gasolina.

Foto: Cortesía


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