Las ventas de jugos y chicha en la calle van palo abajo

La crisis económica afecta a los vendedores ambulantes, quienes no consiguen insumos y cuando aparecen tienen que pagar altos precios.

Caracas. Los vendedores de chicha y jugos en la calle aseguran que el negocio no va bien pero se las ingenian para mantenerlo, pues tras 25 años en la misma esquina ya se sienten parte del casco histórico de Caracas, como es el caso de Carlos Zararse, chichero al que le cuesta conseguir los ingredientes principales para elaborar la bebida y debe pagarlo a “sobreprecio”.

El arroz y la leche condensada le generan dolores de cabeza a Zararse, que al no encontrar los ingredientes con regularidad debe comprarlos a “precio de bachaquero”. Pero ese no es el único obstáculo que debe sortear, dice que “la reducción del horario en los trabajadores del sector público, mis principales clientes, genera disminución en las ventas, ahora dependo mucho más de los que transitan por la plaza que de mi clientela fija”.

Para Franklin Domarra, vendedor de jugos de naranja natural, la historia no es muy diferente. Su producción disminuyó 50 % y pasó de utilizar 10 sacos de naranjas diarios a solo 5 sacos al día. Teme que su único sustento ya no le permita tan siquiera comer y pagarle a su ayudante. Relató que lleva más de 16 años en la esquina de Doctor Paúl a Salvador de León.

Acompañar las comidas con un juguito ya es cosa del pasado, la gente limita sus gastos a lo estrictamente necesario, contó Yojiris Céspedes que tiene un puesto de jugos y merengadas en el Mercado Unido de la Hoyada desde hace más de 6 años, y agregó que las ventas cayeron casi un 86 % pues pasaron de 300 vasos diarios a 40 “con suerte”. Los días no laborables en el sector público también le impactan.

Sin embargo, hay quienes consideran que un punto fijo no es suficiente y “prefieren ir en la búsqueda de clientes”, así lo hace Óscar Pérez, vendedor de papelón con limón que suele hacer rondas por el bulevar de Sabana Grande y el centro de Caracas, lo que tampoco le genera “grandes ventas”.

Fotos: Miguel González y Angeliana Escalona