Leones obsequió regalos y esperanza a los chamos del J.M. de los Ríos

Un grupo de peloteros de la novena capitalina recorrió de cabo a rabo el hospital capitalino para darles apoyo en Navidad a los pequeños pacientes

Cristóbal Naranjo/@cristobnaranjo

Caracas. El equipo Leones del Caracas se tomó una pausa en la lucha por la clasificación y antes de afinar las garras para el choque ante las Águilas del Zulia realizó una visita al JM de los Ríos, donde repartío, además de regalos, alegría, esperanza y buena vibra a los pequeños pacientes recluídos en las distintas áreas del hospital capitalino.

El grupo de los melenudos llegó a eso de las 10 de la mañana de ayer a la institución y estuvo conformado por Ángel Calero, Miller Díaz, Oscar Hernández y Ricardo Marcano además de la  mascota de la novena caraquista, Leo el León.

El recorrido inició en la Unidad de Cirugía Plástica y así fue avanzando piso por piso hasta concluir en el Servicio de Hematología Dr. Wales Camarillo. En cada dependencia, los jugadores repartían una bolsita envuelta en regalo que contenía una manta, un cooler con el logo de los selváticos y material POP alusivo al conjunto que actualmente marcha tercero en la tabla de posiciones de la LVBP.

“¿De qué equipo eres tú papá?”,  le preguntó Calero a uno de los chipilines, que, si bien tardó algo en responder, luego se identificó como simpatizante de los felinos y chocó su mano con el lanzador relevista. Al llegar a cada habitación, las madres de los niños eran las que más solicitaban fotos con los peloteros y la mascota, que accedieron amable y pacientemente a cada petición.

En los pasillos, las enfermeras tenían siempre una sonrisa a flor de labios. Una de ellas le pidió a Leo el León que le echara broma a una compañera seguidora del Magallanes. “Ve y salúdala, ella dijo que no quería saber nada de ese León”, le pidió al muñeco. Entre los jugadores también reinó la chanza. La más común consistía en cambiarse el nombre para confundir a algún desprevenido. Así al hablar entre los cuatro, solían llamarse como sus compañeros Félix Pérez y Daniel Mayora.

Misión cumplida

Luego de repartir todos los obsequios, el reloj comenzó a apremiar a los atletas, que debían alistarse para la jornada nocturna. Más de una hora les tomó recorrer el hospital infantil de cabo a rabo. No obstante, sí hubo tiempo para hablar de la experiencia.

“La intención era llevarle una alegría a cada uno de los niños que están en este hospital por la situación en que se encuentran y la fecha en la que estamos”, comentó Díaz. Calero lo secundó en esa idea. “Vinimos con todo el corazón a brindarle una sonrisa a los pequeños y gracias a Dios lo logramos. Esto vale mucho más para ellos que para muchos de nosotros, pero expresamos un gran sentimiento al hacerlo”, aseguró.

Y a Marcano, la actividad le trajo gratos recuerdos. “De chamo vivía cerca del JM de los Ríos. Me llegué a tratar en este hospital y recuerdo que me atendieron muy bien”.

“Esto es muy bonito para los niños. Vinimos para darles apoyo, fuerza y una esperanza de que puedan mejorar cada día. Aparte del terreno, podemos hacer estas visitas”, cerró el joven jardinero.

Foto: Cristóbal Rojas


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