Los retos de la nueva directiva de la AN: Reencontrarse con la población y no crear falsas expectativas

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Se ha señalado que durante 2018 el órgano parlamentario falló en acompañar las protestas que se llevaron a cabo en el país y en darle un rumbo político a las mismas. Hoy se le pide que lo haga y que no genere falsas expectativas con respecto a cómo puede responderse al 10-E, ya que durante el año pasado se realizaron acciones que solo sirvieron para dañar la percepción del órgano al no poder ser aplicadas.

Caracas. El sábado 5 de enero, la Asamblea Nacional (AN) presentará una nueva directiva para el período legislativo 2019, un período que marcará el inicio del cuarto año del Poder Legislativo en manos de la oposición venezolana y que supondrá grandes retos para las nuevas autoridades del Parlamento. Reconectarse con la población opositora, reconstruir la unidad y mantener un frente unido para enfrentar el chavismo son solo algunos de ellos.

El 5 de enero marcará la llegada a la presidencia de la AN de Juan Guaidó (Voluntad Popular), quien, a su vez, estará acompañado por Édgar Zambrano (1er vicepresidente, Acción Democrática) y Stalin González (2do vicepresidente, Un Nuevo Tiempo), pero también la cuenta regresiva para una fecha clave en el escenario político del país y la primera gran prueba de la nueva directiva: el 10 de enero y la toma de posesión de Nicolás Maduro, para lo que él asegura será su segundo período presidencial.

Afrontar el 10-E sin generar “falsas expectativas” debería ser la principal meta de la nueva directiva, según explica el politólogo Luis Salamanca, quien añade que todo en torno a la llegada de las nuevas autoridades “está en una etapa marcada por el 10E”.

Esa fecha oficializa la investidura de un gobernante (Maduro) que no es legítimo, por lo tanto, la AN se convertiría en el único poder legítimamente electo en el país”, señala el académico, quien luego añade que la AN es también “el único poder que no puede funcionar” a causa de las trabas que el Gobierno le ha colocado.

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Guaidó asumirá el cargo de presidente de la Asamblea Nacional el próximo 5 de enero. Foto: Archivo

El 10-E será entonces el primer reto de Guaidó, Zambrano y González, y para enfrentarlo Salamanca recomienda que sobre todas las cosas la AN no debe presentar caminos ni alternativas que creen “falsas expectativas” ni dañen aún más la credibilidad del Poder Legislativo. Una de esas “medidas” sería la de designar un nuevo presidente de la República para el 10 de enero, algo que, a su juicio, la AN simplemente no tiene forma de aplicar.

“Yo diría que la oposición que dirige la AN no debe continuar lanzando decisiones que le reste respeto de la gente, ofrecer cosas que no se pueden concretar te alejan de la gente. Creo que la AN debe actuar dentro del marco de sus competencias (…) Creo que hay algo peor que no hacer nada y es hacer una loquera, estas acciones sin eficacia política que te dejan con poco respeto. La AN tiene que recuperar su majestad. Cierto que no puede hacer casi nada, pero es reconocida a nivel internacional, es reconocida como parte del Estado, eso no es poca cosa”, manifestó el politólogo.

Dirigentes comunitarios le piden a la AN “reconectar” con el pueblo

El 10 de enero llegará y, como toda fecha del calendario, también pasará, pero la nueva directiva de la AN tendrá por delante un año repleto de desafíos y quizás el más complicado de ellos sea el de “reconectar” con las personas que votaron por los diputados que hoy ocupan la mayoría en el ente legislativo.

Así lo manifiestan líderes comunitarios consultados sobre el tema, los cuales aseguran que 2018 fue un año opaco para la Asamblea. A su juicio, esta se alejó como nunca de la población venezolana, la cual protestó masivamente en defensa de reivindicaciones salariales, fallos de servicios públicos y, en general, una desmejora absoluta de su calidad de vida; todo ello sin el acompañamiento de los diputados que en 2017 sí protestaron con los ciudadanos.

Uno de estos dirigentes es Elio Herrera, el cual mantiene que más que una desconexión, lo que ocurre es un “desconocimiento a los sectores sociales y sus luchas” por parte de la dirección política opositora, la cual “siguió un caminó y no se adecuó a los tiempos”.

Creo que hay un divorcio grande entre la dirección política y los reclamos en lo social. Desde la AN deben volver a tender ese puente y establecer esa conexión con la comunidad; es decir, cumplir las expectativas que se crearon cuando se tomó la AN en 2015”, afirmó Herrera.

El dirigente también criticó que después del año 2017 la oposición “abandonara” la protesta de calle afirmando que solo “ocupando” todos los espacios se puede lograr debilitar el oficialismo y procurar un cambio político para el país.

“Nunca se debió haber abandonado el espacio de la calle. Todos los espacios se deben ocupar: desde las negociaciones hasta las protestas de calle. El haberlo hecho generó una apatía que todavía hoy nos está afectando. La calle es una de las aristas, pero no es la única”, señaló.

Una oportunidad para dar sentido político a las manifestaciones

Una visión similar es la de Carlos Julio Rojas, dirigente y líder vecinal de Candelaria, en Caracas, quien no solo pide a la nueva directiva de la AN retomar el apoyo de las protestas, sino también direccionarlas para que se pueda verdaderamente lograr un cambio político en el país.

Más allá de la utopía de la designación de un gobierno que tú no puedes hacer si no tienes la movilización popular y la fuerza militar, creo que lo más importante es que el malestar social se refleje en lo político. La (nueva) directiva debe tomar el reto de acompañar esa lucha de calle e incidir en esas protestas de calle para tratar de direccionarlas”, expresó.

Ahora bien, la petición que Rojas hace a la directiva, también la hace a otras fracciones dentro de la Asamblea Nacional, en particular a la Fracción 16 de julio, la cual señaló que realizó muchos llamados a la calle en 2018, pero que estuvo presente en muy pocas de estas actividades.

Carlos Julio Rojas, dirigente vecinal de Caracas. Foto: Archivo

“Hay que hacer crítica constructiva de lo que pasó el año pasado, no solo al G4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo), sino también a las fracciones minoritarias como la gente de Vente, que llamó mucho a la calle y no acompañó las protestas”, dijo.

Agregó que, si se logra dar sentido al grueso cúmulo de protestas que existe en el país por la grave descomposición económica y de servicios públicos, es posible presionar al gobierno de Nicolás Maduro para que otorgue ciertas concesiones o inclusive presionar para un cambio en el país.

“Si logras incidir en las protestas, pones contra las cuerdas a Maduro y puedes ponerlo a negociar así él no quiera. No me niego al diálogo, pero tiene que ser un diálogo que esté acompañado con la presión de calle para que se logren resultados”, expresó.


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