José Ibarra, el profesor de la UCV que hace un año y tres meses mostró las suelas de sus zapatos todas rotas, ha donado 30 pares a médicos, secretarias, obreros y enfermeros. Pronto irá a beneficiar a varios estudiantes.

Caracas. El 6 de junio de 2018, el profesor José Ibarra publicó en su cuenta de Twitter una foto de sus zapatos desgastados, que luego llamó “zapatos de la dignidad”. El único par con el que contaba.

Decía en ese momento que no podía darse el lujo de comprar desodorante, mucho menos artículos para vestir. A la fecha no es que la situación haya cambiado, tiene las mismas necesidades y sigue ganando un mísero sueldo como profesor universitario.

Resulta que luego de esa publicación por la red del pajarito azul se hizo “famoso”, muchas personas se identificaron con él. Lo empezaron a llamar de varias regiones del país y hasta de otras latitudes como Polonia. Evidentemente, la solidaridad no se hizo esperar.

Que un profesor universitario, especialista en Gestión de Proyectos de Investigación y Desarrollo y actualmente haciendo un doctorado en Salud Pública en la Facultad de Medicina de la UCV anduviera por la vida con unos zapatos ruñidos, mostraba otra cara más de la crisis humanitaria.

Entonces decidió hacer esa cruzada por la dignidad y ayudar a otros, pues no era el único con las suelas destruidas. Médicos, enfermeras, obreros, jubilados también mostraron sus carencias y se acercaron a él.

Desde entonces, un año y tres meses, recibe donaciones. La mayoría no son de su talla, así que las regala a los más necesitados.

zapatos de la dignidad

Hace poco una maestra y un enfermero de El Algodonal que iba al trabajo con unas cholas rotas se beneficiaron. También varias secretarias de la UCV recibieron calzados.

Me comentaban que solo les alcanzaba el sueldo para medio comer y pagar transporte. Se pusieron muy contentas. Igual unas docentes en Los Teques que caminaban largas cuadras para llegar a sus salones y ya no podían seguir yendo en esas condiciones.

Ahora suma 30 pares donados. “Y es una gran satisfacción, porque se trata de ayudar a otros. Hace poco me llegó un lote que vamos a llevar a varias escuelas de Fe y Alegría, son como una docena para hembras y varones”.

Ibarra, junto con su familia, repara los que tienen algunos daños y los entrega con un poco más de vida útil.

zapatos de la dignidad
Foto: Cortesía

Además, añade a su solidaridad la entrega de comida y medicinas. Ha llevado “los zapatos de la dignidad” a Ocumare del Tuy, en Miranda.

Hace meses consiguió que una profesora universitaria recibiera la ayuda económica de una familia de Polonia. Y, aunque no ha podido registrar como se debe una fundación sin fines de lucro, su trabajo de hormiguita está haciendo más llevadera la crisis en algunas familias que no tenían ni siquiera zapatos para salir a trabajar.

“No me da vergüenza decirlo, con estos zapatos, voy a la #UCV para enseñar, como profesor universitario, lo que gano no es suficiente para que cambie las suelas porque son como 20 millones”, había dicho José Ibarra ese 6 de junio de 2018. Hoy, su historia tocó corazones y está transformando caminos.

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