Los educadores zulianos están en paro activo para exigir un aumento justo del salario. Optan por otras actividades para mantener a sus familias.

Nataly Angulo V. / @natalyaav

Maracaibo. Yadira Hernández es maestra. Su salario es de 12.197 bolívares mensuales, pero gana más vendiendo “tetas” (un helado casero congelado en bolsas pequeñas). “Somo muchos los educadores que tenemos que ganarnos el pan de otra forma”.

Los maestros y profesores se mantienen en paro activo en el Zulia para exigir un aumento justo del salario. El Ministerio de Educación les propuso un incremento de 82% escalonado para este año y otro de 55% para 2017. De firmarse, estos serían los únicos aumentos que recibirán los educadores hasta 2019, cuando deba renovarse de nuevo la contratación.

La educadora de la Escuela Básica Tomás Rafael Jiménez, vende sus helados a 60 bolívares. Lo hace al salir de la unidad educativa. “Me voy a las colas en los supermercados y vendo las tetas. Lo hago tres veces a la semana”, contó Hernández, quien aseguró que por día gana entre 3.000 y 4.000 bolívares. Como buhonera, percibe semanal el mismo ingreso que obtiene como maestra en un mes.

“No podemos seguir con este salario. Mi hija menor se graduó de bachiller y no está en la universidad porque no tengo como pagárselo”, lamentó la mujer.

Los educadores agremiados en la Federación Venezolana de Maestros y en el Sindicato Unitario de Magisterio del Estado Zulia protestaron en la Curva de Molina, al oeste de Maracaibo. “Los maestros ganamos un sueldo miserable, no nos alcanza para vivir. Muchos tienen que dejar las aulas para hacer otras actividades”, denunció Richard Bido, maestro del colegio 14 de Mayo -ubicado en la parroquia Venancio Pulgar-, y quien gana Bs. 9.600, 1.978 bolívares menos que el salario mínimo.

“Pedimos un aumento justo para cada año, porque todos los años aumenta la inflación”, claman los docentes.

Denunciaron que desde que están en protesta funcionarios de la Zona Educativa -dirigida por la oficialista María de Queipo- los amedrentan con abrirle procedimientos administrativos sancionatorios y les ordenan a asistir a congresillos pedagógicos. “Son talleres ideológicos”


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