El gobierno regional asegura que el polémico Parque Acuático Metropolitano “Aragua Park” cuenta con dos pozos propios y plantas de tratamiento para el uso de 5 millones de litros de agua. Mientras tanto, comunidades aledañas como El Piñonal o Guasimal llevan más de un año sin agua por tubería.
Maracay. La escasez de agua en la capital de Aragua no es nueva, pero han sido los dos últimos años cuando los maracayeros la han padecido con mayor rigurosidad al no contar con servicio por tubería. La populosa barriada de El Piñonal lleva más de un año sin suministro regular, pero algunos de sus habitantes aseguran que la escasez se agudizó desde julio de 2018, justo cuando el gobernador de Aragua, Rodolfo Marco Torres, y la ministra de Obras Públicas, Marleny Contreras, realizaron un recorrido por el Parque Acuático Metropolitano para mostrar los avances de esta obra que utiliza 5 millones de litros de agua en 72 chorros, nueve toboganes y 11 piscinas y cuya agua, a decir de la información oficial, es procesada con sentido ecológico con equipos de última generación para su tratamiento y recirculación.
El Parque Acuático Metropolitano o “Aragua Park” ya entró en funcionamiento, aunque debió cerrar sus puertas por varias semanas. Extraoficialmente se supo que, durante las inspecciones hechas por Protección Civil, se detectaron algunas fallas que lo dejaron inoperativo. Este parque de atracciones acuáticas puede recibir entre 3500 y 4000 personas diariamente y aún no ha sido inaugurado oficialmente por el presidente Nicolás Maduro.
Mientras tanto, en Las Acacias, otro populoso sector de Maracay cercano al parque, tienen más de dos años padeciendo la escasez de agua. Sus habitantes, así como los de El Piñonal, deben surtirse de un pozo público que, en la actualidad, ya no se da abasto ante la cantidad de personas que van a llenar cuanto envase tienen disponible.
“Es absurda la construcción de un parque acuático mientras toda la ciudad carece de agua. De verdad que ni siquiera hay delicadeza para implementar la recreación… piensen, analicen y saquen sus propias conclusiones”, escribía Mercy Pilar Guerrero, en la página de Facebook del Parque Acuático Metropolitano, el pasado 19 de agosto.
“Donde vivo tenemos semanas sin agua. Hoy lavé con tres botellones caleteados desde la casa de una vecina que tiene tanque subterráneo. Al enjuagar, recojo esa agua para los baños. Mientras tanto, pienso cómo puede ser esto posible en pleno siglo XXI”, se pregunta Luz Marina Guerra, una de las tantas habitantes de la ciudad socialista Guasimal, también cercana al Aragua Park.
En este urbanismo construido por la Gran Misión Vivienda son constantes las protestas de las 2525 familias que allí residen. A principios de 2017, reclamaban el deterioro de las tres bombas de agua que surtían las 72 torres que constituyen este complejo habitacional. Un año después, el gobernador Marco Torres anunciaba la construcción de una red de 4000 metros de tubería que beneficiaría directamente a las familias de los sectores A, B y C del urbanismo.
Aunque el gobierno regional anunció que el parque cuenta con dos pozos propios y equipos para la recirculación del agua, Enrique García, presidente de Sembramos Todos, una organización civil ambiental de la región, sostiene que, en una reciente visita que realizó al lugar, no vio ninguna planta de tratamiento, por lo que presume que las anunciadas por el gobierno regional “no existen, están muy escondidas o las aguas son cloradas y las utilizan directamente”.
Para el ambientalista, la millonaria inversión que se ejecutó en el parque Metropolitano para la construcción de este parque acuático pudo utilizarse para reacondicionar el sistema de bombeo, la activación de pozos, la reparación o reemplazo de tuberías y para la purificación de agua que tanto necesita la gran Maracay.
13 millones de dólares
El gobernador de Aragua para el momento, Tareck El Aissami, anunció, en octubre de 2014, que el presidente de la República, Nicolás Maduro, aprobaba el proyecto para transformar el Parque Metropolitano de Maracay en un parque de agua con una inversión de 13 millones de dólares.
Para la fecha, esa cantidad de dinero equivalía a 1.333.280.000 bolívares fuertes en el mercado paralelo. Actualmente, esos 13 millones de dólares representan 946.270.000 bolívares soberanos al cambio DICOM de 72,79, y la exorbitante suma de 4.151.290.000, al paralelo del 20 de noviembre de 2018.
Esta polémica obra, construida en unos históricos terrenos públicos protegidos por Inparques y el Ministerio del Ambiente, fue ejecutada con recursos públicos aprobados por el Consejo Legislativo del estado Aragua, pero usufructuada por la empresa privada.
Desde su apertura, el parque de agua en Maracay ha generado cualquier tipo de reacciones: unas a favor y otras en contra. Mientras tanto, los maracayeros siguen preguntándose si el parque de agua es público o privado, si el terreno fue vendido, cedido o expropiado, si los millones de litros de agua que se utilizan realmente provienen de pozos propios del parque, si estos pozos no han disminuido el caudal de otros pozos cercanos que por años han surtido de agua a varias comunidades aledañas, en dónde está el pozo y el sistema de bombeo que existía en el parque Metropolitano y, sobre todo, cuántos hogares se hubiesen beneficiado si en vez de un parque de atracciones acuáticas, el gobierno nacional y regional hubiesen invertido en garantizarles a los maracayeros y aragüeños un óptimo suministro de agua potable.
Algunos tímidos cálculos señalan que con los 5 millones de litros de agua que utiliza el parque de agua se hubiesen beneficiado más de 40.000 familias de Maracay. Agua más que suficiente para abastecer a la población de la parroquia Joaquín Crespo, parte de la extensión sur del municipio Girardot, justo en donde se encuentra el Parque Acuático Metropolitano de Maracay y que comprende sectores como La Maracaya, Mario Briceño Iragorry, Las Acacias, San José, El Piñonal, Girardot, El Trébol y 12 de Febrero, que, en actualidad, padecen una severa escasez de agua potable por tubería.
Fotos: Gregoria Dìaz
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