Conan Quintana, de 28 años, y Luis Ángel Álvarez, de 27, recibieron varios tiros cuando esperaban a un compañero en la esquina de Chimborazo a Mirador en La Candelaria
Yohana Marra/@yohanamarra
Caracas. El reloj había marcado un poco más de las 7:00 pm del jueves cuando Conan Alejandro Quintana Orellana, de 28 años, llegó a la esquina de Chimborazo a Mirador, en La Candelaria, donde vive un amigo de la universidad.
Con él estaba su amigo Luis Ángel Álvarez Vásquez, de 27 años, quien manejaba una camioneta marca Jeep Cherokee modelo Límite gris, y otro muchacho no identificado, cuando repentinamente dos sujetos a pie los sorprendieron para intentar robarlos y les dispararon.
Se conoció extraoficialmente que el conductor del vehículo siguió la marcha después de recibir los balazos y chocó contra una cerrajería a pocos metros del edificio.
A Conan le dieron dos tiros: uno en la pierna y otro en el cachete que le salió por el cuello. Murió antes de llegar a la Policlínica La Arboleda, según su hermana morocha Katherine Quintana.
Luis Ángel también recibió dos disparos que le quitaron la vida. “El amigo de ellos que iba atrás pudo cubrirse entre los asientos y se salvó”, sostuvo.
De acuerdo con sus declaraciones, los tres estaban esperando que un amigo bajara para irse a comer cuando aparecieron los antisociales, quienes no lograron quitarle ninguna de sus pertenencias.
“Esto ocurrió a dos cuadras del Ministerio para Interior, Justicia y Paz. Este homicidio es la muestra de que la seguridad en este país no funciona. Hace tres días me robaron y hoy estoy retirando el cadáver de mi hermano”, soltó la muchacha, desde la morgue de Bello Monte.
Conan estudiaba quinto semestre de Geografía e Historia en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y era consejero universitario. Vivía en el barrio Alta Vista de Catia con su familia y tenía otro hermano de 19 años.
“Era 100% trabajador, 100% estudiante. Muy inteligente y colaborador, luchaba por este país y espero que se haga justicia por su asesinato. Me parece muy raro que se haya resistido al robo”, dijo.
Después de clases trabajaba en un negocio de venta de quesos, en la esquina Miguelacho de La Candelaria, el cual es propiedad de la familia de su amigo Luis Ángel.
“Era el mejor hermano, lo máximo. Demasiado colaborador por todo y pendiente de cada detalle. Muy trabajador”, agregó Katherine.
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