Matan a niño cuando su mamá lo llevaba a cortarse el cabello

asesinado

Anthony Gil, de tres años, recibió un tiro en el pecho cuando quedó atrapado en un enfrentamiento entre bandas con su abuela, su madre y su hermano mayor, en la zona 10 del barrio José Félix Ribas, de Petare.

Caracas. “¡Papo no te mueras!”, le gritaban a Anthony Gil Fontalvo, de tres años, mientras lo trasladaban a toda velocidad, a bordo de una moto, al hospital Ana Francisca Pérez de León. Pero no resistió y murió en el camino.

El pequeño recibió un tiro en el pecho, luego de que quedara atrapado junto con su mamá en un enfrentamiento entre bandas, en la zona 10 del barrio José Félix Ribas, en Petare.

A las 2:30 p. m. del pasado jueves, la mujer salió con su suegra y sus dos hijos, de cuatro y tres años, a casa de un amigo barbero para cortarle el cabello a ambos, ya que este viernes 23 de diciembre el mayor cumplía cinco añitos.

Cuando iban ya muy lejos de su hogar, justo por la escalera Los Zombies, varios sujetos de bandas enemigas bajaron corriendo por ahí y comenzaron a disparar. La abuela de los niños apenas pudo proteger al mayor, de cuatro años, pero a Anthony y su mamá no les dio oportunidad de resguardarse.

Al darse cuenta de que había resultado herido en el pecho, Ana lo cargó y salió corriendo por el barrio pidiendo ayuda. En el camino se encontró a su cuñado e inmediatamente se montaron en una moto rumbo al hospital. No pudieron hacer nada.

Kenia Molinares, tía del pequeño, se encargó de los trámites en la medicatura forense porque su hermana está devastada. “No te imaginas lo destruida que está mi hermana, está muy mal, esto no tiene nombre”.

Era la primera vez que la madre de los niños tomaba ese camino para ir a la barbería, que queda en una casa también en la zona 10 de José Félix.

La víctima estaba muy contenta por el cumpleaños de su hermano mayor, pues le iban a picar una torta en la casa. Además tenían la ilusión de recibir los regalos del Niño Jesús.

“Yo trabajo en una clínica odontológica y cuando me llamaron dejé a todos los pacientes ahí. Me volví como loca, comencé a gritar y a decirle al doctor que me ayudara, que me tenía que ir porque a mi sobrino lo habían matado”, relató la tía de Anthony.

En la morgue también se encontraba el papá del niño, acompañado por su padre, y otros familiares. Con la mirada perdida caminaba de un lado a otro, siguiendo a sus parientes. Sin embargo, su padre fue quien se encargó de organizar todo, mientras esperaban que el cuerpo llegara para practicarle la autopsia.

“No querían velarlo hoy, pero es un angelito y hay que hacerle su velorio. Ya este 24 estaremos en el entierro, en Navidad, y quitarle la ilusión a su hermanito de recibir los regalos. La familia está destruida”, soltaba la joven, quien amablemente conversó con los periodistas, pidiendo que respetaran su dolor.

Los dolientes desconocen quiénes eran los sujetos que se enfrentaron y comentaron que el barrio es muy peligroso. Las bandas suelen enfrentarse a cualquier hora del día.

“No pido justicia. ¿A quién le pedimos que haga algo? Esto es horrible. Hasta cuándo vamos a sufrir todos esta situación. Hoy soy yo quien está sentada aquí, mañana será otro y pasado otro”, dijo Kenia.

El niño vivía con sus padres y su hermanito mayor, quien está en shock por lo que presenció. A sus familiares les ha dicho: ahora voy a ir al colegio y qué le voy a decir a mi maestra de mi hermano.

Hace cuatro años asesinaron a uno de los hermanos de la madre de Anthony, también en el barrio José Félix Ribas. Intentaron robarle su moto y le dispararon.

Foto referencial: Miguel González


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