Eucaris Muzziotty, de 18 años, recibió un disparo en el pecho cuando regresaba a su casa en un mototaxi y dos delincuentes los abordaron en Graveuca, Petare. Estudiaba segundo semestre de Derecho en la Universidad Santa María y Administración en el Inces.

Caracas. ¡Mataron a alguien, mataron a alguien de por aquí allá abajo!. Llegaron gritando unos jóvenes mototaxistas al sector Las Praderas de Petare. Sabían que se trataba de Eucaris de Los Ángeles Muzziotty Rondón, de 18 años, pero no tenían corazón para decirle a su familia.

Varios vecinos caminaron hasta el sector Graveuca, unos metros más abajo, para conocer de quién se trataba. Era ella. Su hermano, quien la estaba esperando en la puerta de la casa —como casi todas las noches cuando le avisaba que iba en camino— la reconoció minutos después.

Eucaris recibió un tiro en el pecho alrededor de las 8:00 p. m. de este miércoles 30 de agosto, mientras regresaba a su casa con su mototaxista de confianza, en el barrio Las Praderas. Había salido de clases en la Universidad Santa María (USM), tomó una camionetica hasta La California, y desde ahí lo llamó —como en otras oportunidades— para que la buscara.

Con su muerte ascendió a 91 la cifra extraoficial de mujeres asesinadas en la Gran Caracas en lo que va de año.

En el camino fueron abordados por una pareja de motorizados que pidió la moto, pero el joven se resistió y les dispararon. El conductor recibió un disparo en el brazo y otro en el pecho, con entrada y salida, que posteriormente impactaron en el pecho de Eucaris.

Los antisociales huyeron con la motocicleta y segundos después se devolvieron con la intención de dispararle nuevamente, porque supieron que había quedado vivo, pero el joven se escondió en una cuneta. Desde ahí llamó a sus parientes para que lo socorrieran; se encuentra en un centro de salud.

La joven falleció en el sitio, pero igual los vecinos la llevaron al hospital Domingo Luciani, en un carro particular, con la intención de salvarle la vida. Después del crimen acudieron unos funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) quienes no dejaban que tocaran su cuerpo y para dispersar a los habitantes curiosos dispararon varias veces al aire.

Esto es un dolor muy grande, mi hija regresaba de estudiar, era muy estudiosa. Le pido a los padres que cuiden a sus hijos como yo cuidaba a mi niña, a mi reina.

Sus tías Yamileth y Yuruima Rondón contaron que Eucaris llegó a su casa al mediodía del miércoles, luego de las clases que recibía en el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces), en Bello Monte, para convertirse en asistente administrativo. Se cambió, agarró sus cuadernos y salió a la USM donde estudiaba segundo semestre de Derecho.

Tenía un año en el Inces y dentro de poco iniciaría pasantías en la empresa de pañales y toallas sanitarias Plus Plus, en Guatire, estado Miranda. Recientemente sorprendió a su familia diciéndoles que quería convertirse en abogada.

Mi hija la vio en La California y la invitó a la celebración de un cumpleaños, pero ella no quiso ir porque le dijo que no estaba bien vestida. Le insistió pero ella no quiso ir, comentó una de sus tías, que asistieron en apoyo a la familia, en vista de que la madre de Eucaris estaba indispuesta por la noticia.

Su padre, Carlos Muzziotty, acostumbraba a llevarla o buscarla a la universidad, pero el pasado miércoles no pudo. Y yo que llevaba a mi hija a todos lados, le comentaba llorando a unos amigos que le daban el pésame, en medio de un abrazo, en la morgue de Bello Monte.

Era mi reina, mi hija era mi princesa, mi todo. Así estamos viviendo el día a día en el país. Le di educación a mi hija, era muy respetuosa, nos llevábamos muy bien, siempre la apoyé en todo, donde esté será mi reina, mi niña regresaba de estudiar cuando la mataron injustamente, dijo.

Carlos no podía ocultar su dolor. Lloraba cada vez que llegaba un cercano a apoyarlo en la medicatura, y cuando recordaba a su única hija hembra, soltaba lágrimas. Esto es muy doloroso, es un dolor muy grande. Mi hija estaba estudiando, no estaba en ninguna fiesta, regresaba de estudiar.

La joven estudiaba en el Inces en la mañana y en la USM en la noche. Era la menor de dos hermanos.

Familiares de la estudiante comentaron que el sector Las Praderas está sin iluminación desde hace mucho tiempo y los delincuentes aprovechan para robar a quien vaya a pie o a bordo de camioneticas. Destacaron que no es primera vez que se comete un homicidio.

Eso es zona roja, roban muchísimo. Tienen que mandar más patrullaje. Antes en El Llanito había un módulo de la extinta Policía Metropolitana, que vuelvan a poner un módulo. Tienen que hacer algo para detener esta inseguridad, imploraron.

Los delincuentes, según testigos, huyeron en dirección hacia el sector El Mirador.

Esto lo vivimos a diario quienes no tenemos vehículo, tienen que poner módulos por muchos lugares para frenar esta inseguridad. Yo cuidaba mucho a mi hija y le pido a todos los padres que hagan lo mismo, soltó el padre de Eucaris.

Fotos: Yohana Marra, cortesía


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