Vecinos de la urbanización del oeste de Caracas reclamaron que desde que asignaron las viviendas dignas en Juan Pablo II se incrementaron los robos a cualquier hora del día
Yohana Marra/@yohanamarra
Caracas. La urbanización Montalbán III no es ni la sombra de hace varios años atrás. La única preocupación que siempre tuvieron los vecinos o visitantes fue el hurto de carros. Hasta ahí.
Pero las cosas cambiaron desde la asignación de las viviendas dignas en Juan Pablo II, según denunciaron los habitantes afectados. Desde hace aproximadamente dos años son víctimas de arrebatones, secuestros, atracos en las paradas del Metrobus y en el banco del centro comercial Caracas. También de hurtos en los apartamentos o robos de bolsas de mercado.
Patricia (nombre ficticio por seguridad) tiene su negocito en la zona y además es vecina. Ha pasado por dos terribles experiencias con el hampa. La primera: fue sometida en su casa por cinco sujetos, quienes le vendaron los ojos y la amenazaron de muerte, al igual que al resto de su familia.
“Íbamos saliendo a una misa por la muerte de un familiar y nos agarraron abriendo la puerta del apartamento. Se llevaron prendas, dinero y subieron a otro piso a hacer lo mismo”.
Este recuerdo era confirmado, en cada palabra, por su hija, quien la acompañaba en el local. La pequeña mencionó que los malandros no se metieron con ella y cada vez que su mamá daba más detalles completaba su oración. El hampa le marcó su memoria.
La segunda vez a Patricia la robó una mujer, quien en brazos llevaba un bebé. Pasaba por el terrenito que une a Montalbán II con el III y ahí fue interceptada por la delincuente, con un cuchillo.
“Me quitó mi cartera. Corrí y me puse a gritar, casualmente pasaron unos motorizados de civil que resultaron ser del Cicpc. Agarraron a la mujer, me devolvió mis cosas, pero no la detuvieron”, narró.
En su negocio escucha mil y un cuentos de atracos en las adyacencias del centro comercial, sobre todo de celulares. Los comercios antes cerraban a las 8:00 pm, pero por la inseguridad a las 6:00 pm los más valientes están bajando la santamaría.
La delincuencia también obligó a la panadería a disminuir sus horas de trabajo. “Antes era un sueño, abrían hasta las 9:00 pm, ahora a las 7:30 comienzan a recoger. Había otra panadería –que cerró- y la gente se sentaba a tomar café, luego dejaron de ir por el hampa”, alegó una habitante con más de 23 años en la urbanización.
Sin patrullaje
De vez en cuando pasan unidades de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), pero no son constantes. Vecinos pidieron que incrementen la seguridad en la noche, momento en el que los delincuentes aprovechan la soledad para actuar.
“He pasado demasiados sustos con motorizados, de día y de noche. Una mañana, paseando a mi perro, me persiguió un sujeto en una camioneta por varias cuadras. Vi en la panadería una patrulla, pero resulta que estaban desayunando y cuando les conté a los oficiales ya el vehículo se había ido”, relató una joven, que nació y se crió en Montalbán.
Habitantes también han sido víctimas de secuestro express llegando a la casa. A las 8:00 pm de un domingo sujetos a bordo de un vehículo interceptaron a José (nombre ficticio) mientras esperaba que abriera la puerta del estacionamiento, en calle 6.
Lo cambiaron de carro, robaron el suyo y le dieron vueltas por varias zonas de Caracas. Su familia tuvo que dar bolívares y dólares en efectivo, así como una computadora. “Sentí por primera vez que me iban a matar, eran muy agresivos y me juzgaban porque tenía un Iphone y ellos no tenían para comprarle cosas a sus hijos”, detalló la víctima.
Comerciantes y vecinos exigieron una carpa permanente, por lo menos cerca del centro comercial. “A veces los vemos pero están distraídos hablando. Las alcabalas son evadidas por los malandros, necesitamos algo fijo. Tengo 25 años con mi negocio y esto cada vez empeora más”, soltó el dueño de un local.
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