Trabajó por más de 18 años en Cantv. En el presente, dependía económicamente de su pensión. Deja a tres hijas mayores de edad. Dos presuntos responsables del homicidio también murieron en el transporte luego de un enfrentamiento.

Caracas. “La delincuencia está desatada y nadie es capaz de controlarla”, dice Ramón Sivira, de 72 años. La relación con su exesposa no era de esas de conflicto, enemistad u odio. Lo contrario. “Era una gran amiga. Mi mejor amiga”, comenta. Aunque se divorciaron hace más de 30 años y ninguno tuvo un segundo matrimonio, sabían que no podían ser marido y mujer, pero sí el apoyo del otro. Por eso, entre lágrimas, Ramón dice que mientras transcurren los días en un país en el que nadie frena a los criminales, son miles los venezolanos que lloran la pérdida de un ser querido por causas violentas.

A Miriam del Carmen Hernández la asesinaron el lunes 15 de abril a las 10:00 a. m. Minutos antes de su muerte había tomado un autobús en la parada de Parque Miranda, ubicado en el municipio Sucre en Caracas. La ruta del transporte público era hacia Guatire, ciudad donde vivía. Sin embargo, en medio del trayecto, a la altura de Los Cortijos, cuatro personas se alzaron de sus puestos con pistolas en las manos para robar a los pasajeros. “Y de inmediato, hubo un enfrentamiento”, contó una de las testigos.

En el autobús viajaba un policía de un cuerpo de seguridad municipal que, aunque estaba franco de servicio, sacó su arma para intentar detener el robo. Pero, de inmediato, iniciaron los disparos entre el grupo y el policía. Una de esas balas atravesó la espalda de Miriam, ocasionándole muerte instantánea. 

No hay lugar para estar seguro en este país y eso es duro. Y aunque uno sabe que es así no te deja de golpear y afectar al momento que se muere un allegado, agrega Ramón.

De acuerdo con cifras de Monitor de Víctimas, entre julio de 2017 y marzo de 2019, 2785 personas murieron por razones violentas en Distrito Capital y Miranda. Además, en los últimos seis meses, entre septiembre de 2018 y febrero de este año, 16 venezolanos murieron en línea de fuego o por una bala perdida en Distrito Capital y Miranda.

Miriam del Carmen tenía 54 años. Su ingreso económico era su pensión, trabajó por más de 18 años en Cantv y vivía sola en el sector La Muralla. Ella y Ramón tienen tres hijas mayores de edad que viven en Caracas. Su exesposo solo espera que el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) realice su trabajo de la forma más precisa para que capturen a los responsables del crimen.

Dos de los delincuentes se dieron a la fuga. Los otros dos murieron, aunque sus familiares no los creen responsables y dudan si estaban armados. Uno de ellos se llamaba Lexer Román Delgado, tenía 24 años, era buhonero y vivía en Guarenas junto a su esposa y dos hijas. El otro presunto responsable fue Argenis Junior León Hernández, de 23 años, electricista y que según sus allegados iba a hacer un trabajo en Guatire. Vivía en el barrio 5 de Julio, en Petare, con sus tres hijos. “Fue un asalto y no sé si lo involucraron”, cuenta su primo, Johan. 

El informe del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) del 2017 detectó que 8 de cada 10 venezolanos temen ser víctimas de la delincuencia tanto en autobuses públicos como en rutas interurbanas y, para ese mismo año, en la región capital, los transportes públicos ocupaban el tercer lugar con mayor ocurrencia de delitos violentos en la región capital.


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