En el Periférico de Coche funcionaba el centro de emergencia toxicológica más importante del país y ahora no están recibiendo ni los casos más graves. Este puesto asistencial muere de mengua por una remodelación eterna. 850 trabajadores están en el limbo y los vecinos de El Valle, Coche y Santa Rosalía con problemas de hipertensión y respiratorios fallecen en sus casas porque no hay atención primaria, dicen los mismos afectados.
Caracas. Siete meses lleva cerrado el hospital Periférico de Coche, centro de referencia nacional en toxicología y traumatología. Una explosión en su sistema eléctrico lo dejó acéfalo, muere de mengua, mientras en sus puertas personas como Karla Hernández, de 19 años, claman por ayuda. Ella, positiva al VIH y con escabiosis, no ha podido hacerse un chequeo médico, tiene cuatro meses sin tomar los antirretrovirales y este jueves lloró e imploró que la atendieran.
Durante la mañana de este 13 de junio, los gremios de la salud y la sociedad civil organizada de las parroquias El Valle, Coche y Santa Rosalía protestaron —de nuevo— por el cierre de ese centro asistencial, donde deberían estar trabajando 850 personas y que fue el centro de toxicología más importante del país.
Pablo Zambrano, secretario de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud) dijo que de seis compañías que estaban trabajando en la recuperación de la infraestructura del Periférico, ya quedan dos o tres.
Escombros y paredes escarificadas es lo que abunda en este nosocomio, mientras los pacientes tienen que ser ruleteados, “o mueren en sus casas”, dijo una de las enfermedades que participó en la actividad.
A las 11:00 a. m. salieron con sus pancartas y consignas “dónde están los reales de los hospitales”, “los salarios de hambre son una calamidad”, “como no hay respuestas, seguimos protestando”.
Zuleika Pérez, delegada sindical de Coche dijo que la acción de este jueves no era por las reivindicaciones contractuales. El motivo es otro: el rescate del hospital.
Carlos Prósperi, de la Plataforma de Conflicto del sector salud y médico del hospital Vargas, citó que este hospital deja de ver entre 800 y 1200 personas, y todo porque no hay inversión, “porque no hay voluntad para recuperarlo”.
A lo que Zambrano comentó que con 80.000 dólares mensuales se puede mantener un hospital tipo III como este y con 350.000 dólares uno tipo IV.
“Pero sucede que aquí dieron el dinero para la rehabilitación y no se le ve el queso a la tostada, más bien lo están desmantelado”, denunciaban los trabajadores.
En medio de la protesta —que salió del hospital e hizo un recorrido de una cuadra por la avenida Intercomunal— llegó un niño de 14 años a reclamar medicamentos y, luego, Karla Hernández que se rascaba insistentemente los brazos y se comía con lentitud una empanada que le regalaron.
“Ya no aguanto está picazón quiero que me ayuden, quiero que alguien me vea. No soporto esto, está en todo mi cuerpo. Me duele por aquí [se tocó el área del vientre] porque estoy reteniendo líquidos“, dijo Karla.
Desde hace cuatro meses no toma los medicamentos para mantener a raya el VIH. Ese tiempo lleva viviendo en la calle con su pareja. Se vino de Cumaná y ahora quiere regresar con urgencia. “Allá por lo menos la doctora Morillo me atendía y me daba los antirretrovirales. Esta escabiosis la adquirí aquí, estando en la calle”.
Con hambre, sin medicinas y sin atención médica. Ella vive en Petare y va a diario al mercado de Coche a buscar comida. El hospital le queda tan cerca para tratarse, pero es un jarrón chino. “Me gustaría recibir ayuda”.
Desde antes de las 9:00 los trabajadores se concentraron en el estacionamiento del hospital. Pasado el mediodía seguían en el sitio exponiendo la crisis a la ciudadanía. Muchos se sumaron. Otros —una gran mayoría— veía sin inmutarse lo que estaba ocurriendo: el hospital de Coche se pierde de vista ante tanta gente que vende y comercial chachivaches en sus alrededores.
La directiva del nosocomio no salió esta vez. Tampoco dejaron pasar a la prensa. Los efectivos de la GNB no prohibieron la concentración. Al final de la jornada la consigna no fue otra sino: “Seguiremos en la calle en defensa de nuestro hospital”.
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Video: Mabel Sarmiento
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