Mujeres piden cese del apartheid impuesto con los Clap

Este martes un grupo fue al Ministerio de Alimentación a consignar un documento en el cual expresan su inquietud por la escasez y el desabastecimiento de alimentos básicos. Presuntos trabajadores de este organismo hicieron una barricada e impidieron ese derecho consagrado en la Constitución Bolivariana.

Caracas. Un grupo de mujeres provenientes de varios sectores capitalinos la mañana de este martes, intentó introducir un documento ante el Ministerio de Alimentación, para exigir el cese de los controles impuestos para la compra de los alimentos de la canasta básica y ahora con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, Clap.

La mayoría de las mujeres era de la tercera edad. Llegaron a eso de las 10:00 am a las puertas del Ministerio de Alimentación, ubicado en la avenida Andrés Bello, y con sus pancartas —donde se podía leer “tenemos  hambre”— en las que exhibieron empaques de alimentos y medicinas que ya no consiguen, pretendieron entregar el documento.

De inmediato, unas personas trajeadas con camisas y gorras rojas y con carnet de la institución oficial les cerraron el paso. Gritaron improperios e incluso descalificaron a varias de las personas que apoyaban la concentración, que en todo momento se mantuvo en una de las esquinas del edificio Las Fundaciones. Vociferaban que en el país no había hambre y las llamaban mentirosas, al tiempo que entonaban “no volverán”. Con los ánimos caldeados no pudieron consignar la carta.

Adriana Aguilera, concejal metropolitana quien encabezaba la jornada, señaló que la intención era sensibilizar al ministro Marco Torres frente al tema de la escasez y el desabastecimiento de los principales rubros de la canasta alimentaria.

Destacó que las familias venezolanas no tienen acceso a la cesta básica que en junio pasó los 270.000 bolívares. “Además no conseguimos los alimentos, hay más de 25 productos que desaparecieron de los anaqueles. No hay leche, no hay granos, por ejemplo, y eso está generando graves problemas de salud en la población. Las mamás se están desmayando en las colas y ahora estamos viendo cómo miles cruzan la frontera en el Táchira para poder abastecerse. Nuestro llamado hoy es las autoridades para que nos garanticen el derecho a la alimentación, sin distingo de color, raza, credo o inclinación política”, destacó.

Tras la arremetida en las afueras del ministerio, las mujeres decidieron acudir a la Defensoría del Pueblo, ubicada en la avenida Urdaneta, a ver si encontraban respaldo a sus solicitudes.

Una vez ahí, en la recepción les recibieron el documento pero no encontraron más luces en el camino. “Nos dijeron que el defensor Tarek William Saab no estaba y tampoco nos dijeron si nos darían respuesta. Nosotras lo que queremos es una solución rápida a este problema que ya se está haciendo insoportable”.

Las madres se quejaron de la venta de “bolsas solidarias” en las comunidades (zonas populares y urbanismos de la Misión Vivienda), y denunciaron que llegan con productos de precio controlado y con alto índice de escasez que son exclusivas para simpatizantes y miembros del partido oficial.

Además mencionaron estar cansadas de pasar tantas horas en las colas, y que ahora se han vuelto víctimas de los disturbios generados en las cercanías de los supermercados cuando se acaba la mercancía. Mencionaron que en esos “zaperocos” ha habido mujeres heridas e incluso muertas y se han presentado abortos.

También y tal como aparece en el documento “ya se ha comenzado a conocer de suicidios de madres de familia agobiadas por no tener cómo alimentar a sus hijos”.

Lo otro que enfatizó Aguilera se refiere a los altos índices de desnutrición de la población, en especial en los niños, grupo en el cual se están presentando daños cerebrales irreversibles.

“Ya estamos cansadas, Ministro, de estas terribles, agotadoras y galopantes colas en las que nos ha sumergido este gobierno de turno a todas las madres venezolanas, y hablamos de madres porque son el 90 % de las que salen a buscar pañales, compotas, leche y los alimentos básicos día tras día. Ya no aguantamos la gran angustia de no poder dormir pensando en qué le daremos de comer a nuestros hijos al día siguiente; porque salimos el día que nos corresponde por el terminal de la cédula de identidad y no conseguimos nada. Muchas madres se están enfermando porque no aguantan la zozobra, el estrés, la tristeza y la angustia de tener el dinero y no lograr conseguir qué darle de comer a su familia luego de realizar una interminable cola”, expresó Aguilera.

Dijo, en nombre de todas las venezolanas, que también están cansadas de pagar por los alimentos regulados 10 y hasta 20 veces más de su verdadero valor.

En otro orden de ideas, mencionó que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) implementado para muchos colegios bolivarianos e incluso en algunas privadas, es otro fracaso. “En los actuales momentos no les están dando los nutrientes necesarios, ni suficientes para su crecimiento físico e intelectual. Por ello los altos índices de desnutrición, bajo rendimiento académico y hasta niños desmayados por el hambre”, indicó la edil.

Zandra Paredes, de la Asociación Civil por Un Mundo Mejor, quien también participó en la actividad, hizo referencia a la malnutrición que se está viendo en varias comunidades de Petare, municipio Sucre. Destacó que han abordado a cerca de 100 niños en edad escolar y que la mayoría tiene bajo peso, no come proteínas y su base de alimentación es la harina.

Paredes comentó que, al no permitirse el ingreso a las instituciones del Estado, se viola el artículo 51 de la Constitución Bolivariana que reza: “Toda persona tiene el derecho de representar o dirigir peticiones ante cualquier autoridad o funcionario público, sobre los asuntos que sean de la competencia de estos, y de obtener una oportuna respuesta…”.

Foto: Cheché Díaz


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