Niños comienzan a tener baja estatura por problemas alimenticios

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36% de la matrícula de un colegio en Antímano nunca llevan comida al colegio y 12, 8% aseguró no tener alimentos en su casa.

Isayen Herrera/@isayenHG

Caracas. En Antímano la Escuela Técnica e Industrial San José Obrero de Fe y Alegría comenzó a ver que más de la mitad de los estudiantes faltaban a clases y una de las tantas razones era la falta de alimentación en la escuela y sus casas. En un sondeo entre 118 estudiantes se reveló que 95 de ellos tenía entre 150 y 300 bolívares para pagar transporte y la comida del día, mientras que 12 no contaban con nada de dinero. Además, 42 de los chamos nunca llevan comida al liceo y 12,8% manifestó que no tenían comida en casa.

“La obesidad con hambre oculta” es el diagnóstico del Observatorio Venezolano de Salud. Al otro extremo de la ciudad, en Caucaguita, municipio Sucre, el ente de investigación comenzó un proyecto piloto sobre educación nutricional en una escuela nacional con una matrícula de 280 niños de tercero hasta quinto grado. La nutricionista Marianella Herrera no tiene los resultados numéricos que evidencien desnutrición, pero si puede contar ya como anécdota y diagnóstico previo que tres niños se desmayaron en la entrevista porque no desayunaron.

“Nadie se desmaya porque postergó el desayuno de las 7:00 am a las 10:00 am. Te desmayas porque no comiste la noche anterior y el día antes no consumiste los alimentos suficientes para mantenerte. Si ves que esto está sucediendo se puede decir que estamos en una crisis dura”, explicó Herrera.

Herrera no adelanta resultados pero especifica que en el proceso se comenzó con la medición de talla y peso del estudiante. Los hay gorditos, bajos de peso y los que están en el promedio, pero lo que sí une al grupo es que no tienen la estatura promedio para su edad.

El colegio tiene 3 años sin recibir el Programa de Alimentación Escolar, por lo que el OVS no pudo solo limitarse a hacer preguntas sobre conocimiento nutricional para que los niños respondieran si para ellos es más sano comer pizza, empanada o pollo con brócoli. Así que se tuvo que empezar por hacer un huerto escolar y enseñar cómo buscar en los vegetales el hierro que otorgan las proteínas, para comenzar la educación en tiempos de escasez y alto costo de alimentos.

Para Herrera el problema de alimentación comenzó en 2012, pero la crisis aguda se ve en estos momentos. No tiene números en mano de este estudio, pero puede hablar de un buen pronóstico para la generación que se está formando cuando comienza a ver dificultades para leer en niños de quinto grado.

Los primeros mil días de vida de un niño son determinantes para prevenir las enfermedades del futuro. La Unicef advierte que a un infante no puede faltarle la vitamina A, que se encuentra en lácteos y frutas, para evitar problemas en el sistema inmune. El bajo consumo de hierro trae problemas de aprendizaje y sistema motor. La falta de yodo que contiene el pescado puede derivar hasta en problemas para caminar en los primeros años de vida. Ya el año pasado la Fundación Bengoa advirtió que en 5 escuelas de Fe y Alegría, ubicadas en Caracas, Maracaibo y Mérida, en donde 12% de la población estudiantil tiene problemas de malnutrición.

“Tenemos una generación futuro en riesgo y ya se está viviendo. El compromiso en el desarrollo cerebral es importante y en la programación de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y obesidad que se está viendo desde la vida intrauterina por el déficit nutricional de las madres. Todo esto programa negativamente al bebé”, reflexiona la nutricionista.


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