La directiva de la CEV se reunió con Francisco en El Vaticano y le aclaró que en Venezuela no hay lucha entre la izquierda y la derecha, sino entre un Gobierno que “solo sirve para sus propios intereses” y “un pueblo que clama libertad y busca afanosamente, a riesgo de las vidas de los más jóvenes, pan, medicamentos, seguridad, trabajo y elecciones justas, libertades plenas y poderes públicos autónomos”.
Caracas. Venezuela está a un paso de convertirse en “una dictadura militar, socialistamarxista y comunista”, en la cual seguramente habrá “mayores controles a la libertad de expresión, incluso a la libertad religiosa, y mayor represión para la ciudadanía”. Este nada alentador panorama fue el que le pintó el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón, al papa Francisco, con quien se reunió este jueves en El Vaticano, junto con los demás directivos de la asamblea de obispos.
El también Arzobispo de Cumaná, en sus palabras de salutación le agradeció al Pontífice la preocupación mostrada por la situación del país y le explicó que “hoy en Venezuela ya no hay propiamente un conflicto ideológico entre derechas e izquierdas o entre ‘patriotas’ y ‘escuálidos’ —todo esto pasó a un segundo o tercer plano— sino una lucha entre un Gobierno devenido en dictadura, autorreferencial que solo sirve para sus propios intereses y todo un pueblo que clama libertad y busca afanosamente, a riesgo de las vidas de los más jóvenes, pan, medicamentos, seguridad, trabajo y elecciones justas, libertades plenas y poderes públicos autónomos, que pongan en primer lugar el bien común y la paz social”.
Padrón le informó al Papa que el Episcopado ha rechazado públicamente la propuesta del presidente Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, sin necesidad de un referendo previo, por considerar que lejos de resolver la actual crisis la agravará, pues con ella se persigue “la permanencia ilimitada del actual Gobierno en el poder, la anulación de los poderes públicos constituidos, particularmente de la actual Asamblea Nacional, representante de la soberanía popular, el aumento de la persecución y exilio de los opositores al sistema político dominante y la ampliación de las facilidades para la corrupción de los gobernantes y sus adláteres”.
Tras informarle de la represión “brutal” que vienen sufriendo quienes han salido a las calles en demanda de elecciones, el prelado le dijo a Francisco la propuesta presidencial supone la negación del diálogo del que tanto habla el Gobierno y el cual, a juicio de los obispos, pasa indefectiblemente por las urnas.
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“Para la Conferencia Episcopal, diálogo en Venezuela quiere decir hoy consultar la libre opinión del pueblo soberano y respetar seriamente el resultado de la consulta”, soltó y propuso que las condiciones negociadas bajo el auspicio de un enviado suyo a finales de 2016 deberían ser retomadas.
Padrón también le aseguró al papa Bergoglio que la situación de desabastecimiento de alimentos y medicinas no ha hecho sino empeorar y prácticamente acusó a las autoridades no solo de no hacer nada por resolver eso sino de obstruir cualquier intento de otro sector del país por ayudar a paliar la situación, incluyéndolos.
“La esperanza de que Cáritas Venezuela, a más de la amplia labor que realiza ordinariamente, pudiera servir de instrumento para que al menos las medicinas lleguen a tiempo y sin exclusiones a todos los ciudadanos, no se ha perdido; pero las condiciones que establecen los ministerios y otros organismos encargados de la salud y nutrición son tales y tantas que el camino se hace cuesta arriba y está sembrado de obstáculos”, remató.
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