La caraqueña no se detiene por el frío bogotano y revienta redes con Santa Fe. Confía en que Venezuela saldrá adelante porque “es un país demasiado bello”.

Caracas. Oriana Altuve (Caracas, 3 de octubre de 1992) admite que el tema del frío en Bogotá “es complicado” para una futbolista acostumbrada al sol y al calorcito caraqueño. Lo soporta más fácil con la calidez de los hinchas del Independiente Santa Fe, quienes al reparar en su nacionalidad recuerdan las alegrías que les dio el vinotinto Luis Manuel Seijas en el equipo masculino.

A Altuve no le ha costado dibujar sonrisas en el rostro de los simpatizantes del “León”. Además de honrar su camiseta como la primera extranjera en marcar en la Súper Liga Colombiana, la atacante es la goleadora de los capitalinos con 10 dianas. En la oncena que dirige el exportero Agustín Julio tiene de compañera a la también criolla María Peraza y eso también la ayuda a sobrellevar las bajas temperaturas “cachacas”.

La liga tiene muy buen nivel. Hay muchos equipos competitivos y bien preparados. En Uruguay la liga no era tan competitiva. Solo hay cuatro o cinco equipos que tienen un buen nivel y es mucha la diferencia con respecto a Colombia. Aquí hay una profesionalización y esa palabra lo explica todo, señala Altuve al comparar su actual experiencia neogranadina con la que tuvo el año pasado en suelo charrúa con Colón FC.

La camiseta nueve santafereña encaró el 18 de mayo el partido de ida de cuartos de final ante el América Cali, en el que esperaba romper la pequeña racha de encuentros sin celebrar. Ahora a la caraqueña la conocen más y su éxito en suelo neogranadino hace que los cuadros rivales redoblen esfuerzos para neutralizarla.

Al estar entre las máximas goleadoras, los equipos contrarios te estudian mucho para que tengas menos oportunidades de marcar en los partidos. Igualmente se trabaja sobre eso y se intenta aprovechar las oportunidades, que son pocas, explica la futbolista.

La Vinotinto y el tema país

Altuve no le pierde la pista al torneo local y no oculta su satisfacción por la creación de la Súper Liga. Es una liga que se ha debido sacar hace mucho tiempo, pero nos apoyaban muy poco. Espero que las muchachas lo aprovechen porque va a ser una buena liga. En Venezuela hay mucho talento y es un orgullo que salga una liga profesional. Sé que va a tener un buen futuro, asegura.

En cuanto a la selección nacional, Oriana Altuve espera que su buen presente la haga contar para la entrenadora Milagros Infante, con quien dice tener contacto frecuente. La meta es jugar la Copa América del año que viene en Chile, probablemente en Santiago, otra ciudad muy “friolenta”.

El sentimiento de vestir la Vinotinto, Altuve lo comparte con su primo Roberto Rosales, un múltiple defensor de la camiseta criolla. Mi primo siempre está muy atento a todo lo que me pasa, cómo estoy y cómo me tratan. Siempre hablamos. Nos llevamos de la mejor manera. A veces coincidimos cuando va a Venezuela por la Vinotinto y yo estoy allá. Es muy atento conmigo, resalta la goleadora, que al igual que Rosales cambia el tono de voz cuando le preguntan por la crisis política en Venezuela.

“Aquí siempre me preguntan, pero no quiero hablar mucho sobre el tema porque sé que muchas familias como la mía están sufriendo y hay muchas cosas que no están bien allá. Me duele porque es mi país y no quisiera verlo así, pero sé que hay un Dios allá arriba que nos va a ayudar a salir adelante con nuestro país que es demasiado bello”, cierra la artillera que encuentra en los hinchas y el gol el abrigo perfecto para el “pacheco” bogotano.

Foto: Prensa Santa Fe


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