Son más de 3 mil personas que no están recibiendo de forma regular los medicamentos. Muchos ya no pueden ni salir de sus casas, producto de las repentinas evacuaciones y los fuertes cólicos.

Caracas. La Asociación Venezolana de Pacientes con Enfermedades Inflamatorias Intestinales, Avepeii, desde septiembre de 2016 ha movido cielo y tierra para que el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, entregue los medicamentos esenciales para mantener su calidad de vida. A la fecha, nada de eso ocurre y cerca de tres mil personas que padecen de colitis, colitis indeterminada y la enfermedad de Crohn, pasan las de Caín por la falta del medicamento Mesalazina, que de forma regular entregaba el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Ivss.

Nakay González, informó que Avepeii, durante 2017 presentó varias solicitudes al ente rector, pero no hubo respuestas.

Desde 2015 la Mesalazina no es comercializada por las farmacias privadas del país, motivo por el cual los pacientes no tienen otra opción sino esperar que el ente gubernamental los suministre.

En 2017 la distribución de este fármaco en específico sufrió terribles intermitencias y su distribución no cubrió ni 20% de la población afectada.

Tampoco el Adalimumab, biológico importantísimo, el Ivss lo distribuye desde julio del 2016.

Son enfermedades dolorosas y altamente letales, dado que se comprometen otros órganos como riñones, hígado, ojos y hasta la misma piel.

González citó que 79 % de los enfermos requiere Mesalazina, y al estar desaparecido el componente biológico Adalimumab, el resultado es que en poco tiempo estas personas desarrollan un colon altamente tóxico, con terrible riesgo de mortalidad.

Pacientes, como Liz Hurtado, refieren que se les cae el cabello, que constantemente están bajando de peso y además se ven imposibilitados de salir de sus casas por las repentinas evacuaciones.

También los intestinos se les retuercen y, además, de producir severos cólicos suenan tan fuerte que las personas que están sentadas a sus lados pueden escuchar el crujir de las tripas, como se diría popularmente.

Sin embargo, para estas personas no es nada grato estos malestares que se incrementan por la no continuidad de los tratamientos.

“Si salgo tengo que llevar varias mudas de ropa. Porque las diarreas son repentinas. Y los dolores muy fuertes”, comentó Liz.

En noviembre de 2017 Carlos Rotondaro, fue destituido de la presidencia del Ivss. Sin embargo, para los afectados, eso no solucionó la escasez de fármacos. “La transición fue política, no operativa”, manifestó Codevida, coalición de organización que velan por el derecho a la salud.

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Avepii y otras organizaciones nacionales e internacionales, han donado medicamentos e insumos a la población con este padecimiento, pero la cobertura no es total. Por tanto, instan al Gobierno a garantizar las medicinas.

“Imagínese no poder controlar las ganas de ir al baño a defecar. Exigimos respuestas al gobierno ante la violación de nuestros derechos a la salud, queremos contar con nuestros tratamientos a tiempo”, es la petición al alto gobierno que se lee por las redes sociales.

Foto referencial: Cheché Díaz


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